En el último año,
los comentarios sobre la inteligencia artificial (IA) han sido constantes y difíciles de evitar. Además, un gran número de empresas, comentaristas y otras personas han hecho afirmaciones sobre el uso de la IA en sus productos y servicios, lo que ha llevado a confundir los
sistemas de aprendizaje automático establecidos con sistemas "mágicos" de inteligencia general artificial (AGI). Como resultado, las expectativas se han elevado a niveles poco realistas y esto ha sumido a la población en una aburrida ambivalencia.