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‘LA DISTRACCIÓN DE LOS CONDUCTORES: UN RIESGO NO PERCIBIDO’

Hablar, ajustar los controles de la radio, leer o consultar el navegador, entre las distracciones más frecuentes

La peligrosidad de las distracciones depende de tres factores: la complejidad, la duración y la frecuencia

lunes 01 de diciembre de 2008, 01:00h

La segunda parte del estudio de RACC publicado ayer sobre distracción de los conductores ahonda en los distintos tipos de distracciones que se pueden dar durante la conducción, siendo las más frecuentes el ajuste de controles de la radio, hablar con algún pasajero, marcar un número y hablar por el móvil.

Buscar y responder por el móvil cuando suena, leer un documento o mapa mientras se conduce, recoger objetos del suelo o de entre los asientos, alcanzar la bandeja portaobjetos, atender a los niños e introducir datos de destino en el sistema de navegación también son distracciones habituales que pueden tener consecuencias nefastas. En cuanto a la duración de las principales distracciones, marcar un número de teléfono en el móvil tarda, en promedio, 13 segundos, mientras que responder a una llamada telefónica toma unos ocho segundos. La duración media de una conversación es de 1,5 minutos, encender un cigarrillo son cuatro segundos y ajustar la radio o el reproductor de CD requiere cinco a seis segundos de nuestra atención. La frecuencia de manipulación de la radio en el vehículo de unas ocho veces por hora de conducción.

La distracción y la velocidad son un binomio que aumenta significativamente los niveles de riesgo durante la conducción. La distancia de seguridad necesaria para evitar cualquier colisión prácticamente se triplica cuando la velocidad pasa de 50 a 120 km/h. Ese aumento del riesgo se debe, al aumento de la distancia recorrida durante la distracción.

Distractores tecnológicos y no tecnológicos

Uso del móvil: Es una de la actividad distractora que más de ha incrementado durante la última década. Usar un móvil sin dispositivo de manos libres produce distracción visual, auditiva, biomecánica y cognitiva. El riesgo de accidente podría ser entre cuatro y seis veces superior al riesgo en condiciones normales de conducción.

El uso del navegador de conducción: Su efecto distractor está vinculado al uso inadecuado del navegador. Un estudio experimental compara el uso de los navegadores con el de los mapas y planos tradicionales y concluye que su efecto es menos distractor que el de éstos.

El uso del aparato de música: Es probablemente el primer dispositivo tecnológico potencialmente distractor. Manipular el equipo de audio puede requerir desviar la vista de la vía durante un tiempo considerable (entre tres y seis segundos) y separar la mano del volante. Es una de las actividades distractoras más frecuentes, por lo que no debe subestimarse.

En cuanto a los distractores no tecnológicos, los más habituales son fumar (el porcentaje de accidentalidad puede ser hasta un 50% mayor en fumadores que en no fumadores), comer y beber y las señalizaciones (todavía hay muchos ejemplos de información orientativa que no cumple los requisitos establecidos por la reglamentación vigente para evitar que se conviertan en un factor distractor).