En el corazón de la región de Pardubice, en la República Checa, hay una fábrica que lleva más de un siglo escribiendo páginas clave en la historia del transporte colectivo. La planta de Vysoké Mýto celebra 130 años de actividad ininterrumpida, consolidándose como un referente europeo en la producción de autobuses y como símbolo del equilibrio entre tradición, tecnología y sostenibilidad.
Capaz de producir hasta 5.000 vehículos al año
Esta celebración coincide, además, con el 50 aniversario del nacimiento del grupo Iveco, un doble motivo para mirar hacia atrás con orgullo... y hacia adelante con ambición. Porque si algo ha demostrado este centro, es su capacidad para reinventarse sin perder de vista sus raíces.
Del taller de carrocería a fábrica de referencia mundial
Todo empezó en 1895, con un pequeño taller de fabricación de carruajes. Nadie imaginaba entonces que aquel enclave se convertiría en la mayor planta de autobuses del grupo en Europa, capaz de producir hasta 5.000 vehículos al año. Hoy, más de 4.400 personas trabajan entre sus paredes (30% de ellos son mujeres), a las que se suman cerca de 1.700 empleos indirectos. Un auténtico pulmón industrial que da vida a la región y sentido al progreso.
El modelo Crossway, auténtico emblema de la marca, se fabrica íntegramente en estas instalaciones. Más de 65.000 unidades han salido ya de su línea de producción, destinadas a operar en ciudades y carreteras de todo el continente. Con versiones impulsadas por gas natural, biometano y energía eléctrica, se ha convertido en el buque insignia de la movilidad interurbana eficiente.
36 modelos de tapicería
En Vysoké Mýto fabrican sus propios asientos; un porcentaje mayoritario de mujeres se encarga de fabricar exactamente un total de 250.000 asientos anuales, de los cuales podemos encontrarlos en 36 modelos distintos de tapicería.
Innovación con alma: sostenibilidad como compromiso real
Pero los logros de Vysoké Mýto no se miden solo en cifras de producción. La planta es también un laboratorio vivo de transformación hacia una movilidad más responsable. Desde el diseño hasta el ensamblaje, pasando por procesos de pintura sin disolventes o sistemas de ahorro energético, cada detalle refleja una apuesta por el medioambiente y el impacto social positivo.
Entre sus iniciativas más destacadas se encuentra el proyecto de plantar un árbol por cada autobús fabricado, que ya ha dado lugar a bosques en distintas zonas de la República Checa. Además, materiales textiles sobrantes de producción se donan a talleres sociales, fomentando la economía circular y la inclusión laboral.
En paralelo, la planta ha avanzado en automatización e integración digital, sin olvidar la importancia del factor humano. La formación continua, la colaboración con centros educativos y el fomento de la empleabilidad local son parte esencial del modelo de desarrollo de este centro.
Una historia compartida que sigue creciendo
La jornada conmemorativa celebrada recientemente reunió a directivos, trabajadores y medios de comunicación especializados, como NEXOBÚS, para rendir homenaje al recorrido de Vysoké Mýto. En sus discursos, se habló no solo de autobuses, sino de valores: de comunidad, de esfuerzo compartido, de mirada larga.
Porque más allá de ser un centro de producción, esta planta es un símbolo vivo de cómo la industria puede caminar de la mano del desarrollo social y medioambiental. Y es que 130 años no se celebran todos los días. Mucho menos cuando se celebran mirando al futuro con tanta energía como respeto por el pasado.
La historia de Vysoké Mýto no es la de una fábrica, sino la de un ecosistema que ha sabido adaptarse, crecer y liderar con propósito. Y lo mejor, como suele decirse... aún está por venir.
