Desde el sábado, Madrid enfrenta uno de los mayores desafíos de movilidad de los últimos años: el cierre parcial de la Línea 6 de Metro, conocida como la Circular y utilizada diariamente por más de 430.000 viajeros, debido a las obras que la transformarán en la primera línea automatizada del suburbano en 2027. Pero mientras los trenes se detienen, el autobús se convierte en el gran protagonista, garantizando la continuidad del transporte público y evitando que la ciudad se paralice.
Las obras afectan a 15 estaciones de metro
El tramo afectado abarca el arco oeste de la línea, entre Moncloa y Méndez Álvaro, un total de 15 estaciones que permanecerán cerradas hasta el 12 de septiembre. Ambas estaciones actuarán como cabeceras operativas de los tramos aún en funcionamiento. También permanecerá clausurada Arganzuela-Planetario, que ejercerá de base logística por ser la única estación con acceso para maquinaria pesada.
Durante este periodo, el servicio de autobuses urbanos se erige como pieza esencial para mantener el pulso de la ciudad. La Empresa Municipal de Transportes (EMT) desplegará una potente flota de 60 autobuses —20 de ellos articulados— para cubrir los trayectos afectados por el cierre. El plan contempla dos líneas especiales gratuitas y una lanzadera, diseñadas para ofrecer una alternativa eficaz, accesible y sostenible a los usuarios del Metro.
El autobús, columna vertebral
Con esta medida, el autobús no solo sustituye al Metro, sino que reafirma su papel como columna vertebral de la movilidad urbana en momentos críticos. Su capacidad de adaptación, flexibilidad de recorridos y rapidez de implementación lo convierten en un recurso insustituible frente a las interrupciones del servicio ferroviario.
Además, desde hace semanas ya se venía adelantando la transformación de la Línea 6 con actuaciones nocturnas que obligaron a acortar el horario del servicio hasta medianoche, una medida que continuará hasta la reapertura completa prevista para el 1 de enero de 2026.
En este contexto de grandes transformaciones hacia una movilidad más automatizada, el autobús demuestra que sigue siendo esencial para garantizar el derecho a la movilidad de miles de ciudadanos cada día. Un vehículo clásico que, una vez más, responde con eficacia, sostenibilidad y cercanía a los retos del presente.
