Este trabajo está financiado por el Fondo Feder y por el Impiva de la Generalitat Valenciana dentro del Plan de Competitividad del Transporte y la Logística, y será realizado por ITENE a petición del Cluster.
El sector hortofrutícola se caracteriza por su gran dinamicidad y representatividad en los mercados exteriores, constituyendo además un sector estratégico de la economía nacional. Pero existe un cierto déficit de información o falta de control en cuanto a la identificación de aquellos factores que de no ser tenidos en cuenta, podrían causar graves problemas a lo largo del ciclo de distribución. Por este motivo, desde la Asociación Cluster de Envase y Embalaje de la Comunidad Valenciana se plantea la necesidad de realizar un completo estudio que, cubriendo por completo el ciclo de distribución, identifique y analice los parámetros más relevantes, abordando determinados aspectos hasta el momento no incluidos en anteriores estudios.
Es importante señalar que el estudio cuenta con la implicación de cada uno de los agentes presentes en la cadena de distribución: cooperativas hortofrutícolas, empresas de transporte, fabricantes de envase y embalaje y distribuidores.
A partir de los resultados obtenidos, se elaborará un ‘Manual de buenas prácticas para el transporte y distribución de productos hortofrutícolas’, en el que se marquen las pautas a seguir, así como las principales recomendaciones que permitan asegurar que el transporte frigorífico está siendo realizado de forma adecuada y que el producto llega en óptimas condiciones a su destino.
Dos rutas
Durante la ejecución del proyecto y en colaboración con Anecoop, se han seleccionado dos rutas de transporte representativas. Una primera desde Valencia hasta Suecia para transporte de cítricos y otra desde Almería, pasando por Valencia, hasta los Pirineos. En ambas se han realizado auditorías de transporte. Mediante distintos dispositivos, se ha monitorizado la carga del vehículo obteniendo información desde la salida del producto en la cámara de pre-enfriamiento hasta su llegada al punto final de destino.
La primera de estas rutas conlleva una monitorización de transporte directo, es decir, desde que el vehículo se carga hasta que llega al punto de destino no existe apertura de puertas. Durante la duración de la misma ha sido posible analizar los choques y vibraciones acontecidos a lo largo del ciclo de distribución, además de registrarse la temperatura y humedad tanto interna de la carga como la del ambiente en distintos puntos del contenedor.
En cuanto a la segunda ruta, se ha contemplado una práctica muy habitual del sector del transporte, que es el grupaje (reunir varias cargas de distintos lugares en un mismo transporte para que resulte más económico). En este caso los dispositivos de registro se han instalado en tres unidades de paletización diferentes; pudiéndose de esta forma evaluar los cambios de humedad y temperatura experimentados por los distintos productos.
