El sistema SCR desarrollado por la firma asiática tiene un tamaño más reducido del que habitualmente se emplea para vehículos industriales, lo que permite su instalación en turismos, y estará asociado a la nueva motorización turbo diésel de 2.2 litros de Mazda, que ha registrado a su vez una reducción de consumos.
Este sistema, que está previsto que se introduzca en el CX-7 durante este año, permite purificar los óxidos de nitrógeno que son generados por los gases emitidos por los motores diésel, sin que ello represente un aumento del consumo de combustible del vehículo o una reducción de las prestaciones de los motores. El nuevo motor diésel 2.2 de la compañía nipona tiene unos reducidos niveles de óxido de nitrógeno, lo que ayuda a que este sistema tenga una menor carga de trabajo y con ello un menor consumo de urea. Finalmente, la compañía automovilística asiática ha resaltado que esta motorización cumple con la normativa Euro 5.
La tecnología SCR desembarca por tanto en el segmento del turismo, tras haber alcanzado ya un alto grado de desarrollo en los vehículos industriales, donde el Sistema de Reducción Catalítica de gases de escape constituye una de las opciones más utilizadas por los fabricantes para adelantarse a las exigencias mediambientales.