Así, en el supuesto de que ocurra un accidente entre un vehículo en servicio de emergencia (ambulancia, policía, etc.) y uno que no lo sea, la responsabilidad recaerá sobre el que no tenga preferencia. Es decir, si hay una colisión entre un vehículo particular que circulaba estando su semáforo en verde y un vehículo de policía cuyo semáforo se encontraba rojo, la responsabilidad recaerá sobre el vehículo policial.
Vicente Romero, director general de Sadyr, señala que "más de una vez hemos reclamado daños causados en accidentes contra ambulancias que transportaban un enfermo, al saltarse un semáforo en rojo y colisionar con un vehículo que circulaba con su semáforo en verde, produciendo lesiones más graves aún al enfermo que transportaban y además a los ocupantes del vehículo colisionado".
Sadyr recuerda que igual o mayor riesgo generan los vehículos de policía camuflados, es decir turismos normales que en caso de emergencia colocan una sirena sobre la ventanilla, pues son difícilmente identificables. En definitiva, los vehículos que van en servicio de urgencia deben respetar los preceptos del reglamento de tráfico y, antes de acceder a una vía a la que no tienen prioridad, (bien por existir alguna señal que lo indique: ceda el paso, stop o porque el semáforo de la vía por donde circulan está en rojo), cerciorarse de que no existe riesgo de atropello a peatones y de que los conductores de los otros vehículos han detenido su marcha o se disponen a facilitar la suya.
