El sistema, que fue merecedor de una mención especial, en la categoría ‘estaciones de Servicio y Cuidado del Automóvil’, de la V Galería de la Innovación de Motortec, evita la principal molestia de los descalcificadores tradicionales para tratar el agua destinada a la caldera: la generación de un vertido de salmuera de conductividad muy elevada cuando se producen las regeneraciones que se realizan con sal común.
El agua empleada en las calderas de las instalaciones de lavado presenta, en muchas ocasiones, un importante contenido de sales inorgánicas (calcio y magnesio), lo que se denomina comúnmente ‘dureza del agua’. Este contenido de sales, al calentarse el agua en la caldera, produce incrustaciones y precipitados de cal sobre las paredes de la misma.
Como consecuencia, disminuye el rendimiento de la caldera (con un mayor consumo energético), así como su vida útil.
El uso de descalcificadores permite eliminar la dureza del agua, pero eso genera un nuevo problema, cuando se producen las regeneraciones que se realizan con sal común. El vertido de salmueras resultantes de las regeneraciones de los calcificadores eleva el nivel de conductividad por encima de los límites de vertido autorizados. Dicha situación de exceso de conductividad en los vertidos está siendo sancionada por distintas administraciones locales con sanciones que oscilan entre los 6.000 y los 9.000 euros.
Ventajas del sistema de Istobal
Entre las ventajas que permite este sistema se encuentran:
- Diseño: Equipo ligero y que ocupa poco espacio. Se conecta a los centros de lavado para que directamente traten el agua.
- Funcionalidad: Inyección automatizada de la dosificación de anti-incrustante. Es decir, la dosificación es según el caudal de agua que entra.
- Logísticas: Una garrafa de 10 litros de anti-incrustante especial para calderas equivale a la utilización aproximada de 3.000 kilogramos de sal.
- Económicas: El equipo anti-incrustante autónomo de calderas es más barato que el descalcificador y consume menos fungible (anti-incrustante-vs sal).
- Medioambientales: No aporta conductividad extra al vertido, pues no vierte salmueras como el descalcificador.
- Legislativas: Al no aportar conductividad extra al vertido, evita asimismo multas y sanciones por parte de la Administración.
