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150.000 barceloneses afectados por la huelga de autobuses de la TMB del pasado miércoles

viernes 23 de noviembre de 2007, 01:00h

Cinco horas de interrupción del servicio bastaron para causar largas esperas a un buen número de usuarios habituales del servicio municipal de transportes de Barcelona, algo que no contribuyó a mejorar el clima de crispación vivido los últimos meses en la Ciudad Condal a causa de las alteraciones en el servicio de cercanías de Renfe. Los conductores amenazan con llevar a cabo más protestas, de no lograr las dos jornadas de descanso semanales.

Alrededor de 150.000 pasajeros, según los cálculos de Transportes Metropolitanos de Barcelona (TMB), se vieron afectados por el paro de los conductores de bus de TMB, cuya principal reivindicación es el esatblecimiento de dos días de descanso a la semana. Como suele ser habitual en este tipo de movilizaciones, empresa y sindicatos ofrecieron un balance bastante dispar del seguimiento. TMB estimó que el 58% de los buses no circuló, mientras que los trabajadores, por su parte, apuntaron que el paro afectó al 85% de la flota.

A pesar del anuncio previo de la TMB, la huelga cogió por sorpresa a numerosos usuarios. Así muchos viajeros tuvieron que permanecer en las paradas media hora o más y otros esperaron inútilmente la llegada de un bus. Tanto empresa como sindicatos confirmaron que el cumplimiento de los servicios mínimos fue estricto. Circularan todas las lanzaderas de TMB que suplen la interrupción de Cercanías de Renfe y una cuarta parte de los autobuses de 11 líneas, casi todas periféricas, que no tenían otro transporte público alternativo. Estas medidas, sin embargo, no evitaron las largas y pesadas demoras. En el resto de líneas no se marcaron unos servicios mínimos.

Cerca de 950 conductores, de los casi 3.000 que conforman la plantilla de TMB, se manifestaron por el centro de Barcelona, provocando algún enfrentamiento aislado con los antidisturbios de la policía local.