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Aprobado por mayoría cualificada, y con la oposición de España, el plan para desarrollar el proyecto Galileo

"Estamos en capacidad de poner Galileo en marcha para 2013 y ofrecer a los europeos numerosos servicios" declaró a la prensa un orgulloso Jacques Barrot

lunes 03 de diciembre de 2007, 01:00h

El jueves pasado los países europeos acordaron por mayoría cualificada -sin el voto de España, que no vio satisfechas sus aspiraciones- el plan industrial para seguir adelante con el proyecto de satélites Galileo, pensado para competir con el sistema estadounidense GPS (Global Position System) a partir de 2013.

Tras un difícil acuerdo, el proyecto obtuvo un financiamiento público integral en el presupuesto 2007 y 2008 de la UE. Alentados por esta financiación comunitaria (pese al rechazo de Alemania), los ministros de transporte de la UE finalmente se pusieron de acuerdo, el pasado jueves 29 de noviembre, sobre la organización de las futuras licitaciones industriales que permitirán dar finalmente luz verde al proyecto.

Finalmente el texto fue aprobado por 26 de los 27, pero no sin dificultades, ya que si bien en esta ocasión Alemania no presentó una postura contraria (una dura negociadora de sus intereses nacionales), sí lo hizo España. Pese a ello "la aprobación por mayoría cualificada fue conforme a las normas europeas", declaró el comisario europeo para el Transporte, Jacques Barrot. Las delegaciones consideraron intransigente la postura de nuestro país, siendo que "obtuvo lo que quería", según la CE y la presidencia portuguesa de la UE.

"Galileo se convertirá en la punta de lanza de la tecnología europea", precisó Barrot, ante la prensa. Por su parte, el secretario de Estado francés dijo que "ha sido una voluntad política muy fuerte la que se ha expresado esta noche. Galileo está en el cielo. Es un acto de fe política para Europa".

El proyecto ha acumulado más de cinco años de retraso si se tiene en cuenta el calendario inicial, mientras que Estados Unidos ya prepara una nueva generación de GPS con capacidades decuplicadas.  Aún así, Galileo promete una precisión de localización de un metro, frente a las decenas de metros que a veces ofrece el actual GPS.

La posición española

La razón que tuvo España para votar en contra del proyecto es que no se le concedió un centro de control equiparable a los que tendrán Italia y Alemania. El secretario general de Transportes, Fernando Palao, dijo no considerar válido el acuerdo, porque no se adoptó por unanimidad como estaba previsto y anunció que España podría pedir que se revise durante la cumbre de jefes de Estado y de Gobierno que se celebra en Bruselas el 14 de diciembre. Palao explicó que España quería poder contar con un centro de control "plenamente operativo" antes de 2013, para garantizar que el propio centro y las empresas españolas pudieran competir con Alemania e Italia en igualdad de condiciones, y señaló que estos dos países han recibido dos centros "sin licitación ni concurso" y los pondrán en marcha desde la fase de despliegue.

La delegación española se ofreció incluso a financiar ese centro de control para salir al encuentro de los Estados miembros que temían que se desbordara el presupuesto comunitario.