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Ártica XXI apuesta por el mercado inmologístico con unas instalaciones en Colmenar Viejo de 15.000 m2

En los próximos meses Ártica XXI instalará en la cubierta un parque de paneles solares fotovoltaicos

viernes 13 de noviembre de 2009, 01:00h

Ártica XXI, compañía española de gestión inmobiliaria industrial, continúa apostando por el mercado inmobiliario especializado en logística. Para ello acaba de poner en valor unas instalaciones de más de 15.000 metros cuadrados en la localidad madrileña de Colmenar Viejo.

Situado en el polígono industrial La Mina Norte, las instalaciones cuentan con un edificio de 15.651 metros cuadrados divididos en 12.651 metros cuadrados de nave logística y 3.090 metros cuadrados de oficinas. Ésta última zona está equipada con aire acondicionado, red de cableado de telecomunicaciones para voz y datos, ascensores y montacargas, techo registrable y un moderno sistema de protección contra incendios y seguridad.

Como novedad, en los próximos meses Ártica XXI instalará en la cubierta un parque de paneles solares fotovoltaicos, cuya energía eléctrica se introducirá en la red general para ser utilizada tanto para las necesidades de la instalación logística como para distribución externa.

Instalaciones adaptables

El interior tanto de oficinas como de la nave logística es adaptable a las necesidades de los clientes. De hecho, Ártica XXI cuenta con un equipo de trabajo especializado en la reforma y adaptación de las instalaciones. Además, se encuentra situado junto a la autovía M-607, a pocos kilómetros de Madrid y de vías de comunicación como la M-45, la A-1 y la A-6.

Según explica Julio Pinacho, director general de Ártica XXI, "entendemos que a pesar de la situación actual, en el que este tipo de mercado se ha visto sacudido de forma importante, lo que buscan nuestros clientes, las empresas logísticas y de transporte, son instalaciones totalmente adaptadas a sus necesidades, generales y puntuales, en las que lo único de lo que se tengan que preocupar es de la mudanza". Incluso, puntualiza Pinacho, "muchas compañías, buscando fórmulas para reducir costes, se han dado cuenta que trabajar en unas instalaciones obsoletas, mal comunicadas o mal concebidas es un lastre que intentan suplir mirando lo que existe en el mercado".