"El desarrollo del país se apoya en el transporte", ya que abre las puertas a la movilidad interior y a la cooperación económica con otros estados. Wang definió el proyecto de apertura de nuevas líneas internacionales de pasajeros como "la nueva Ruta de la Seda", ya que les permitirá el acercamiento tanto a otras zonas de Asia como a Rusia y Europa. No obstante, reconoció que este Sector todavía debe superar problemas técnicos de importancia como el desarrollo de vehículos más eficientes o la reducción de emisiones contaminantes. Desde el punto empresarial, citó la escasa competitividad de las empresas o la reforma fiscal que ha elevado el precio que pagan los operadores por el gasóleo y que ha supuesto un fuerte incremento en la estructura de costes. Wang solicitó la colaboración del empresariado español en el desarrollo del transporte en China, una labor que, dijo, podría realizarse a través de Fenebús.
A continuación, Marino Quintero, presidente de la asociación colombiana Asotrans, comenzó su charla diciendo que el transporte supone el 7% del PIB del país iberoamericano, que emplea a casi seis millones de personas y que tiene "la aspiración de integrarse en el mundo". Afirmó que los empresarios colombianos se han visto en la obligación de desarrollar el sector a través de la autorregulación porque "no existía seguridad jurídica ni general". Respecto a la primera aseguró que es "esencial" para que los operadores realicen inversiones que después puedan recuperar. Y respecto a la segunda, indicó que sólo respondía a los intereses de unos pocos a quienes no interesaba la paz. Finalizó su intervención de forma optimista y asegurando que "Colombia quiere una participación democrática en los procesos de futuro".
Claudia Sánchez, presidenta de Anetra en Uruguay, explicó que en su país existe un mercado regulado, que establece que parte del capital de las empresas de transporte debe ser estatal. No obstante, Anetra, que nació durante la dictadura, se encuentra inmersa en un proceso de modernización del Sector, que comenzó hace cinco años con el fideicomiso del gasóleo. El hecho de que la Administración devuelva parte del gasto en combustible que desembolsan las empresas ha permitido a éstas no trasladar las fluctuaciones del precio del petróleo al coste del billete e invertir en nuevo material rodante a través de avales a cuenta del fideicomiso. Además, el sistema logró eliminar a parte del transporte 'pirata' que operaba en el país. Sánchez reconoció sin embargo que se enfrentan a retos importantes como el próximo cambio de Gobierno en 2010, la incertidumbre por el precio del dólar, una flota que se va quedando obsoleta y la necesidad de volver a pactar el fideicomiso.
Coordinación interjurisdiccional
Alberto Corcuera, consultor de transportes de Argentina y ex presidente de Aitbus (Asociación Iberoamericana de Transporte en Autobús) finalizó el turno de intervenciones de las delegaciones extranjeras con un análisis de la situación del transporte público en Buenos Aires. En la capital, las empresas privadas ofrecían servicios de forma "eficiente, eficaz y sin coste para la Administración" hasta que el precio del petróleo comenzó su escalada. Desde entonces, los operados reciben subvenciones por el combustible y se enfrentan a retos semejantes a los del resto de países. Para Corcuera, la prioridad es lograr una coordinación interjurisdiccional, una seguridad jurídica contractual, un equilibrio entre ingresos directos y ayudas, incrementar la capacidad del transporte, un nuevo modelo de recursos humanos y la priorización del transporte público.
