Esta crisis viene motivada, según ambos presidentes, no sólo por las circunstancias generales de la economía, sino por el descenso de la demanda de los servicios y la consiguiente bajada de la ocupación, cuantificada en un 7% por término medio, llegando en algunos casos a cifras superiores al 15%. A su vez, este descenso se debe principalmente a dos factores: por un lado a la situación económica general y por otro a la aparición de nuevos competidores.
Según publica Asintra en su boletín semanal, unido a lo anterior, se está produciendo un importante incremento de costes en la actividad, provocado por el aumento del precio del combustible que ha pasado de enero a noviembre de 2009 de los 0,8646 euros/litro a los 0,972 euros/litro, lo que supone una subida del 12,42%, y por la mano de obra que en términos interanuales se ha incrementado en un 3,3% (en el tercer trimestre de 2009 comparado con 2008).
En estas circunstancias, este año se presenta como un ejercicio muy complicado para la prestación de un nivel de actividad de las empresas adecuado para mantener la oferta de servicios. Sirva como dato significativo, que la gran mayoría de los expedientes que se informan tanto en el Comité como en el Consejo Nacional de Transportes son de reducciones de servicios e incluso de abandono de tráficos, por lo que si no se producen cambios, en 2010 continuará esa tendencia.
Sólo el IPC
En el próximo mes de abril, se llevará a cabo la revisión anual de las tarifas de los servicios de transporte público regular permanente y de uso general de viajeros por carretera, si ésta se limita únicamente a la modificación que haya experimentado el IPC, la previsión actual indicaría un -0,29%, lo cual no se ajustará a las excepcionales circunstancias negativas por las que atraviesa el Sector.
Estos factores generalizados entre las empresas del Sector han incidido también en el ferrocarril y a cuya empresa pública Renfe se le han autorizado subidas excepcionales, motivado por las mismas circunstancias que afectan a las empresas de transporte de viajeros por carretera: pérdida de viajeros e ingresos e incrementos de costes. Con ese razonamiento se le ha autorizado, para compensar estos desfases entre los ingresos y gastos, un incremento tarifario que oscila entre un 4% para la larga distancia y un 6% para los servicios de cercanías.
Lógicamente, si ese Ministerio le aumenta los precios al ferrocarril, también, debe autorizar que los transportes de viajeros por carretera tengan igual subida en sus concesiones para evitarse un agravio entre el ferrocarril y la carretera.
Por ello, se ha solicitado al Ministerio de Fomento, que teniendo en cuenta las circunstancias especiales que concurren en la actividad del transporte de viajeros por carretera y siguiendo el mismo criterio que las tarifas de Renfe, se autoricen iguales aumentos al transporte de viajeros por carretera.
