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Sanz, de Lógica: ‘La autorregulación no es un sueño. Ha pasado a ser una realidad consolidada en este sector’

El Sello de Lógica se basa en el Código de Buenas Prácticas y está registrado en Industria como sello de garantía

jueves 04 de febrero de 2010, 01:00h

Como "el certificado que garantiza una nueva forma de gestionar la actividad empresarial basado en la sostenibilidad, la responsabilidad y el compromiso" definen el Sello de Lógica desde la patronal de operadores logísticos. Lanzado en 2006, hoy presenta una nueva imagen, que simboliza su consolidación como referente en el sector.

El Sello de Lógica podría considerarse ‘descendiente’ del Código de Buenas Prácticas, en cuyos 13 principios se basa. El Código, instaurado por la organización empresarial en 2005, surgió de la necesidad de autorregulación en un sector que, hasta la fecha, carece de normativa propia. Según explica Gonzalo Sanz, presidente de Lógica, nació de la vocación de la patronal "por convertirse en un referente de calidad y competitividad en las empresas", dado que "los cambios legislativos son más lentos que la realidad de las necesidades". En cuanto al Sello, también concebido como un instrumento autorregulador, pone de manifiesto el interés de las propias empresas "por ir más allá de la pura gestión empresarial y desarrollar su actividad bajo unos principios de transparencia, integridad y honestidad empresarial". Es decir, la Patronal ha decidido no esperar a que se reconozca la figura del operador logístico pero sin abandonar sus intenciones de que la Administración regule. "Se trata de un elemento más en el proceso de legislar, una ayuda al mismo", reflexiona Sanz.

Actualmente 18 de las cerca de 50 empresas asociadas de pleno derecho a la patronal cuentan con el Sello, y se espera que para fines de 2010 la cifra aumente a 30. "Queremos que todas las empresas trabajen bajo estos parámetros —explica Sanz—, que no son más que una profundización de los conceptos de ética. Las empresas que ostentan el Sello son empresas responsables y sostenibles, con las que se puede hacer negocio". Si bien aún falta camino por recorrer, el presidente de Lógica explica que todas las empresas que pertenecen a la asociación han suscrito el Código de Buenas Prácticas, ya que éste es de obligado cumplimiento para sus miembros. "La autorregulación no es un sueño. Ha pasado a ser una realidad consolidada en este sector", apunta.

Certificación

Para optar al Sello las empresas solicitantes deben completar primero una guía de autoevaluación. Posteriormente viene el proceso de auditorías, a cargo de dos auditoras externas e independientes, Ernst & Young y Miebach Consulting. Estas empresas elaboran un informe que es analizado por Lógica, tras lo cual se concede o deniega el Sello, previa ratificación de la Junta Directiva. Tras ello se practica una evaluación anual de seguimiento durante el periodo de validez del Sello (tres años), permitiendo la última evaluación valorar la renovación del mismo.

Además de las certificaciones externas a las que se someten las empresas que quieren optar al Sello, existen otros mecanismos internos que aseguran el cumplimiento de los principios que éste representa. Como explica Javier Bilbao, vicepresidente de Lógica, existe un Comité de Deontología al que se reportan situaciones "que puedan no estar en línea con el Código de Buenas Prácticas".

Tantas ‘molestias’ tienen para Eloisa García, directora general de Lógica, un claro beneficio: "Simplemente el leer el contenido de los principios del Código y saber que se están cumpliendo nos da una garantía de la forma en que estas empresas trabajan. Además, el contar con el certificado de Industria implica que existe detrás de esta marca un procedimiento aprobado por el propio Ministerio, lo que corrobora su forma de proceder".

Es importante señalar que las empresas no necesitan estar asociadas a Lógica para solicitar el Sello.

Nuevos tiempos, nueva imagen

La consolidación del sello de Lógica como referente en el sector ha llevado a la patronal a elaborar una nueva imagen gráfica (ver fotografía de portada), lo que ha dado pie a la modificación del logotipo de la propia organización. La idea ha sido incorporar una imagen tipográfica más sólida y moderna, con un ajuste de los colores que ya estaban asociados a Lógica mediante tonos "más afines a valores como la seriedad, la responsabilidad y la cercanía". "Hemos visto que para impulsar el cambio debíamos cambiar la imagen", afirma Luis Marceñido, vicepresidente de Lógica.