"No son mercancías usuales y estandarizadas como ocurre con otros sectores dentro de la logística", explica Héctor Cerviño, director de Operaciones de G3. "Deben tratarse de forma diferenciada y puntualmente puesto que no puede gestionarse logísticamente de la misma manera un equipo de resonancia magnética que pesa muchas toneladas y tiene un coste de millones de euros que una incubadora, más fácil de manipular pero igualmente delicada".
La operativa logística diseñada para este sector se desarrolla en varias fases. La primera es el análisis del proceso a realizar, "ya que estudiamos e inspeccionamos los puntos de recogida e instalación de los equipos", agrega Cerviño. Dicho análisis da paso a una planificación de la operativa con puntos tan delicados como "evitar interferencias con la actividad diaria de centro sanitario, de investigación o del laboratorio". En paralelo, o incluso antes, se ha desarrollado la tarea de gestión de documentación, almacenaje, carga y descarga, embalaje, manipulación y distribución.
En ocasiones es necesario realizar trabajos de adaptación del lugar de instalación, incluyendo incluso obra civil. El traslado e instalación de los equipos también requiere de recursos especiales, como son vehículos especialmente equipados, robots trepa-escaleras, grúas y carretillas elevadoras adaptadas, planchas de protección de suelos y un largo etcétera.
La última fase de la operativa es el desembalaje, instalación y montaje de equipos. Para ello, según el director de Operaciones, "contamos con el personal especializado para tal fin, especialmente formado junto a las marcas fabricantes". La gestión de residuos tampoco es un tema secundario, puesto que puede existir un antiguo aparato que hay que retirar para instalar el nuevo, y de esa tarea también se encargan los equipos de G3 Logistic & Tech y Teneso Europe SE.
