"Nuevas tecnologías, marketing y calidad son tres cuestiones relacionadas". Así comenzó su intervención Ignasi Armengol, de TMB, aunque se centró en la primera de las tres, recordando que en los '90 se produjeron muchos avances en cuanto a la operación (SAE, prioridad de paso, conexión por voz...). A finales de los '90 y principios de la siguiente década, la tecnología se centró en la gestión empresarial, ayudando a la confección de horarios y frecuencias eficientes, prioridad semafórica... "Ahora, la revolución está en volcar toda la información en el cliente y en tiempo real", aclaró Armengol, sobre todo en cinco áreas: el billetaje, la ayuda a la explotación, los sistemas de seguridad, los sistemas de aplicación a la gestión y la información/comunicación con el cliente. "Es en esta última parcela donde podemos dar el gran salto, con pantallas en las paradas y a bordo, las posibilidades que ofrecen las redes sociales o, entre otras muchas, la realidad aumentada, que posibilita que el teléfono móvil disponga de toda la información en cada momento y de forma clara y sencilla", como ya se está haciendo en TMB a modo de prueba.
Por su parte, José Guardia se refirió a los asuntos jurídicos aparejados al 1370/2007, desde la óptica de su impacto en el mercado, las consecuencias en los contratos y la mejora del servicio. "Ha sido positivo, sobre todo en la Unión Europea. He detectado cierta inactividad en España para adecuarse por completo a su articulado, quizá porque ya cumplíamos con la gran mayoría de sus sugerencias". Guardia también recalcó que "la Comisión no comenzará a exigir su cumplimiento hasta el final de su periodo transitorio, en 2019, o hasta que pase la mitad de dicho periodo, es decir, 2014. Un periodo, a mi juicio, demasiado largo, porque el texto ya era conocido. No diré que es un tiempo perdido, pero sí mal aprovechado". Sin embargo, "a corto y largo plazo el Reglamento será positivo para el Sector, porque clarifica el marco jurídico y mejora las relaciones y la calidad del servicio", concluyó.
Eficiencia energética
Juan Angel Terrón, director de Ingeniería de la EMT de Madrid, expuso la búsqueda de técnicas alternativas para mejorar la eficiencia energética. "El almacenaje de la electricidad es clave para el desarrollo del vehículo eléctrico, que mejora la dependencia energética, reduce las emisiones en destino, e incorpora energías renovables en horas valle. El objetivo es una red inteligente, en busca de una demanda de energía plana y constante, que utilice los vehículos como almacén. Incluso, estos podrían revertir energía a la red o alimentar otro tipo de aparatos, lo que ya están probando en Estados Unidos. Las previsiones indican que en 2015, el 20% de las ventas serán vehículos eléctricos, y que en 2020, ya supondrán el 10% del parque". En todo caso, "siempre dependerá del desarrollo de los sistemas de almacenamiento". Los híbridos son, en el transporte urbano, el paso intermedio hacia el eléctrico puro, utilizando diferentes combustibles para hibridar. Además, mencionó la recarga por inducción, consistente en que un autobús cargue en cada parada la energía que necesita para llegar a la siguiente, de modo que no necesitase baterías tan avanzadas.
Por último, Jaime Montalvo, catedrático de Derecho laboral, abordó esta parte del trabajo de Atuc, "indicando que la demanda no está disminuyendo mucho, pero sí las contraprestaciones a los operadores. Esto obliga a tomar decisiones, incluso en las relaciones laborales, las cuales son complicadas, ya que debido a su fuerte sindicación, los trabajadores del transporte urbano tienen buenas condiciones de trabajo, que cuesta modificar en caso de ser necesario". En cuanto a la reforma laboral, mencionó que permite que se modifiquen colectivamente las funciones del trabajo, algo que no se recogía en textos anteriores.
