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‘PUBLIC TRANSPORT SYMPOSIUM’

Schick: ‘El transporte público ofrece las respuestas apropiadas a las interrogantes de nuestro tiempo’ (I)

Mercedes-Benz organizó un simposio sobre transporte público el pasado lunes en Mannheim, Alemania

viernes 26 de noviembre de 2010, 01:00h

Imagínese un autobús que al acercarse a la parada, y a través de elementos de iluminación, muestra al pasajero el mejor sitio donde colocarse a fin de evitar congestiones en las puertas, con luces en el techo que señalan los asientos desocupados y enchufes de 230 v, además de WLAN y GPS a bordo. ¿Suena futurista? No lo es.

El European Bus System of the Future (Sistema de autobuses europeos del futuro o EBSF en sus siglas en inglés), es el mayor proyecto de investigación de tráfico rodado de pasajeros impulsado por la Comisión Europea, un proyecto de investigación para el diseño y desarrollo de un sistema de transporte innovador y de alta calidad. Coordinado por la UITP, su objetivo es mostrar el potencial de una nueva generación de redes de autobuses urbanos del futuro. Y sobre este tema Mercedes-Benz tiene mucho que decir: Una de las primeras demostraciones del proyecto se basa en un Citaro articulado, desarrollado para el EBSF y enfocado en los sistemas de información al pasajero mencionados más arriba, que será entregado a la autoridad de transporte de la ciudad de Bremerhaven a finales de este mes. 

Simposio

Con el objetivo de dar a conocer  el trabajo de la marca alemana de cara a la movilidad del futuro, así como las últimas investigaciones de mercado sobre los usuarios del transporte público, Mercedes-Benz organizó, el pasado lunes 22 de noviembre, en sus instalaciones de Mannheim, Alemania, un simposio dedicado al tema.

El primer ponente del encuentro fue Hartmut Schick, presidente de Daimler Buses, quien habló sobre ‘El rol del autobús en las nuevas formas de movilidad urbana’. Para Schick, que esbozó un panorama marcado por tres megatendencias —cambio climático, crecimiento de la población y creciente urbanización—, es indispensable que se produzca "una correcta coordinación, con las redes correctas y la organización correcta de todos los operadores de transporte. Y con ello me refiero a una integración óptima entre el ferrocarril y la carretera", puntualizó. Algo que se vuelve cada vez más urgente, si se tiene en cuenta la predicción de la UITP de que para el año 2015 el transporte público en el mundo se habrá duplicado. "Esto será así porque el transporte público ofrece las respuestas apropiadas a las interrogantes financieras, sociales y medioambientales de nuestro tiempo", explicó. "Los expertos de tráfico de distintas partes del mundo coinciden en una cosa: el transporte público local es el futuro".

Nuevos tiempos, nueva imagen

Como primeros síntomas de esta predicción, Schick hizo referencia a una mejorada imagen del autobús, en paralelo a una nueva tendencia en el estilo de vida, sobre todo ente la gente más joven, que prioriza medios como la bicicleta, los coches compartidos, y, cómo no, el transporte público; temas que fueron tratados en profundidad por Carsten Aschberg, del Instituto de investigaciones de mercado Sigma GmbH, durante su presentación sobre ‘Movilidad y entornos sociales en Europa’.

Si bien lo primero que puntualizó es que Sigma realiza investigaciones para la industria automovilística -"por lo tanto no esperen que yo esté abierto al transporte público", advirtió—, Aschberg reconoció que el automóvil "no va con todos", y que una respuesta positiva al respecto depende de que se adapte y/o contribuya al estilo de vida de la persona. En el caso del autobús, la pregunta crucial, a su juicio, es si "va conmigo subjetivamente", es decir, si la persona se encuentra a gusto en el autobús, si quiere encontrarse con los demás pasajeros, etc. Por otra parte, el investigador derribó una serie de mitos relativos a que el uso del autobús es inversamente proporcional a los recursos económicos con los que cuenta una persona, o que es un medio de transporte para "la tercera edad". Como ejemplo, se refirió a los "liberales, intelectuales y ecologistas" que son ‘anticoche’, y a los "postmodernos", "que no son ni ‘eco’ ni anticoches, pero que sin embargo se preguntan por qué necesitan un coche si ya cubren sus necesidades de otra manera".

Como conclusión, Aschberg señaló que muchos grupos sociales no ven al coche y al autobús como mutuamente excluyentes, y que se está empezando a observar una tendencia hacia una ‘movilidad mixta inteligente’, a caballo entre el transporte individual y el público, además de una creciente conciencia de los beneficios de este último, más allá de los temas ecológicos (por ejemplo, el poder aprovechar el tiempo del trayecto para otras actividades, como leer, algo que no es posible al estar conduciendo).