El servicio de Transporte a la Demanda está implantando en las nueve provincias de Castilla y León, dando servicio a 98 zonas distintas y a 3.393 entidades de población, de las que 1.389 carecían de servicio anterior. Tiene en marcha en este momento 758 rutas en las nueve provincias, con más de 3.400 expediciones semanales.
La Consejería de Fomento ha invertido cerca de 17 millones de euros en la implantación de este servicio desde su puesta en marcha en 2004, según sus propias fuentes. Hasta ahora, 1.325.000 personas han utilizado este servicio.
Durante el año 2010, la Consejería de Fomento ha ampliado este servicio a 12 nuevas zonas de Castilla y León. Esto ha supuesto 78 nuevas rutas a través de 337 entidades de población, de las cuales 62 carecían de este servicio de transporte anteriormente.
Así pues, con las nuevas zonas implantadas en 2010, se ha conseguido llegar a más de 98.500 nuevos castellanos y leoneses a través de cerca de 400 nuevas expediciones semanales y con una inversión que supera los 1,2 millones de euros durante este año.
Las 12 zonas en las que se ha implantado durante este año 2010 son: San Pedro Arroyo y Arévalo en la provincia de Ávila, Briviesca en Burgos, Santa María del Páramo en León, Carrión de los Condes en Palencia, Sacramenia en Segovia, Guijuelo en Salamanca, San Leonardo de Yagüe y Ólvega en Soria, Iscar y Tudela de Duero en Valladolid y Corrales del Vino en Zamora.
Durante 2011, se pondrán nuevas zonas en marcha del Transporte a la Demanda completando el mapa regional. Durante el año que viene, cerca de 4.200 localidades dispondrán de transporte a la demanda, según la previsión de la Consejería.
Un transporte al servicio del mundo rural
El Transporte a la Demanda es un sistema pionero de Castilla y León que facilita los servicios públicos de viajeros, fija población en el entorno rural e incrementa los niveles de bienestar y calidad de vida de las personas que viven y desarrollan su proyecto vital de vida en nuestros pueblos.
Además, contribuye no sólo a vertebrar y cohesionar los territorios, sino también a cumplir los objetivos de la UE en cuanto a transporte sostenible. En este sentido, en Castilla y León se estima que proporcionar el mismo nivel de servicio con un transporte convencional implicaría anualmente un coste cuatro veces superior, recorrer 5,4 millones de kilómetros en vacío y emitir 6.000 toneladas de CO2 más.
