El titular de Infraestructuras ha recrdado que la Xunta de Galicia acaba de aprobar, para su trámite parlamentario, las Directrices de Ordenación del Territorio que será el eje de planificación de las infraestructuras en el futuro.
Agustín Hernández ha realizado estas declaraciones en la primera conferencia de las jornadas divulgativas Las redes del transporte en Galicia’, organizadas por el Club Financiero de Santiago. Estas actividades forman parte de la iniciativa ‘Los jueves del CFS’.
En su opinión, el nuevo plan de transporte metropolitano marcará un antes y un después en el uso del transporte público en el área urbana de Compostela y supondrá mejoras a nivel funcional, facilitando conexiones y trasbordos; a nivel económico, con ahorros que pueden situarse en torno a los 600 euros anuales para los usuarios; a nivel medio ambiental, al reducir las emisiones de CO2 en 2’1 toneladas diarias; y en la calidad de vida de las personas que viven y trabajan en Compostela, al sacar de nuestras calles 2.000 vehículos al día.
El conselleiro ha señalado que la movilidad en Santiago también se verá mejorada con la conexión de la Ciudad de la Cultura con la Autopista del Atlántico, la conexión del aeropuerto con el Eje Atlántico de Alta Velocidad y los estudios para el metro ligero de Santiago de Compostela.
Doble efecto positivo
El representante del Gobierno gallego ha afirmado que las infraestructuras son un motor que moviliza la sociedad y en el que el sector empresarial se erige como la energía que precisa. A su juicio, las infraestructuras y la obra pública tienen un doble efecto positivo. Por una parte, son dinamizadores económicos en sí mismos. El simple hecho de ejecutar una obra crea empleo, moviliza el mercado y genera riqueza y valor añadido.
Por otro lado, el valor vertebrador de una carretera o de una vía en servicio potencian el desarrollo económico de las empresas instaladas en el territorio facilitándoles el acceso a los mercados lo que lo convierte en una ventaja comparativa para la estrategia empresarial.
Las Directrices de Ordenación del Territorio constituyen el primer instrumento de ordenación territorial que establece las reglas para la implantación de los usos y actividades (servicios, dotaciones, actividades productivas, entre otras) en coherencia con las necesidades sociales, económicas, culturales y ambientales. Para concluir, el conselleiro ha señalado que el trabajo de confección de las directrices "partió del conocimiento real de nuestro territorio con la dispersión como característica principal".
