Según el portavoz del BNG, el gobierno socialista de la ciudad ha convertido en estos cuatro años al transporte urbano en "una diligencia del oeste", perdiendo en este tiempo toda la "credibilidad y fiabilidad" de la que disfrutaba en 2003.
El objetivo que se planteó el BNG es recuperar cerca del 25% de los pasajeros perdidos, es decir, unos 20.000. Para gestionar este servicio demandan dos grúas, seis policías locales y la introducción de un nuevo carril bus en la Avenida de Ramón Ferreiro.
Por otra parte, el grupo municipal del PP pidió públicamente un plan de movilidad, pero no a cargo de una empresa de Barcelona, tal como quiere el gobierno local.