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Scania celebra su centenario como fabricante de autobuses pero no deja de mirar hacia el futuro

La sostenibilidad, por medio de combustibles alternativos y renovables, es el gran reto a conseguir

martes 12 de abril de 2011, 01:00h

Scania está celebrando su centenario como constructor de autobuses y prevé un futuro brillante para este modo de transporte. Ahora, dice Melker Jernberg, director de Autobuses y Autocares en Scania, el reto consiste en acelerar la transición hacia un transporte de pasajeros más sostenible.

La inversión en transporte público va en aumento en ciudades de todo el mundo que buscan soluciones sostenibles a los, a menudo, urgentes problemas de tráfico. Hasta la fecha, Scania ha entregado unos 2.000 vehículos de tránsito rápido a los sistemas BRT de Australia, México, Sudamérica, Sudáfrica y otros países. Esos sistemas también se pondrán en marcha en Europa, dice Melker Jernberg: "Esto tiene que suceder. Pero tenemos que influir en los planificadores urbanos y otros tomadores de decisiones para que comprendan la importancia de los sistemas de transporte sostenible".

Entre los productos de Scania se cuentan los autobuses y autocares propulsados por biodiésel, bioetanol y biogás. Hasta ahora, la demanda de vehículos de combustible alternativo ha sido débil fuera de Suecia, pero en noviembre de 2010 tuvo lugar un gran avance cuando Scania recibió un pedido de 50 autobuses de etanol para Brasil.

Jernberg predice que los autobuses y autocares estarán mejor equipados para satisfacer las necesidades de confort de los clientes. Esto incluye autocares de larga distancia que ofrecerán a los pasajeros asientos totalmente reclinables, servicio de catering, banda ancha y proyección de películas en pantalla grande. "El tiempo de calidad, en vez del tiempo de inactividad, convertirá a los autobuses en un medio de transporte más atractivo, y por lo tanto en una alternativa más competitiva", concluye.

Hitos medioambientales

Autobuses propulsados por gas. En 1980, Scania entregó los primeros autobuses de propulsión a gas en tiempos modernos. La última generación, de 2010, ha sido desarrollada para alcanzar prestaciones similares a las del gasoil. Actualmente, se encuentran en operación más de 2.300 autobuses con motores Scania propulsados por gas, por ejemplo en Australia.

Autobuses de bioetanol. A mediados de los años '80, y partiendo de los experimentos iniciados a finales de los '70, Scania desarrolló sus primeros motores de etanol para autobuses, que desde entonces propulsan autobuses en operación a escala total en el ajetreado tráfico urbano. En la actualidad, se encuentra en producción la tercera generación de motores de etanol que funcionan con combustión diesel para eficacia óptima. Hasta la fecha, Scania ha vendido más de 800 autobuses con motores de etanol.

Autobuses híbridos. La primera prueba de autobuses híbridos tuvo lugar en 1986. Desde entonces, Scania ha presentado seis conceptos de autobús híbridos, incluyendo los primeros de su clase que emplean combustible renovable. Esos autobuses híbridos propulsados por etanol fueron sometidos a pruebas de operación en Estocolmo, en 2009 y 2010.

Combustibles renovables comerciales. En 2010, Scania se convirtió en el primer fabricante que ofrecía autobuses que pueden emplear los tres combustibles renovables de viabilidad comercial disponibles actualmente: etanol, biogás y biodiésel.

BRT. Scania ha entregado unos 2.000 buses para sistemas de vehículos de tránsito rápido (BRT) en todo el mundo, incluyendo algunos de 20 m de largo.

Las raíces de Scania se remontan al año 1891. Dedicada inicialmente a la fabricación de vagones de ferrocarril, a principios de la década de 1900, y debido al interés creciente en el transporte por carretera, la empresa dio el paso a la industria de automoción y comenzó a construir automóviles y camiones. En 1911, se añadieron a la gama de productos los vehículos de transporte público.

Todo comenzó en 1891. Philip Wersén, que se había relacionado por matrimonio con los Ekenberg, una importante familia de industrialistas en la ciudad de Södertälje, al sur de Estocolmo, se dirigió a Surahammars Bruk para proponerles el establecimiento conjunto de una fábrica de vagones de ferrocarril. Surahammars Bruk, industria siderúrgica con varios siglos de existencia, era el principal proveedor sueco de ruedas y otros componentes de material rodante móvil. Tras la aceptación de la propuesta, se adoptaron los estatutos para una nueva empresa en diciembre de 1891.