Los eurodiputados debatieron sobre el proyecto de informe del Parlamento acerca del Libro Blanco de Transportes. Dicho proyecto de informe apuesta por la comodalidad frente al cambio modal, al tiempo que solicita que los planes de movilidad urbana confieran más relevancia al autobús y que se doble la cuota de usuarios del transporte público, entre otras cosas.
Durante el debate quedó patente que los eurodiputados prefieren apostar por objetivos realistas para 2020 frente a la visión de la Comisión para 2050, y que ven necesario que esos objetivos cuenten con la financiación adecuada. También apostaron por un cambio en la movilidad urbana y se mostraron escépticos respecto a la electro-movilidad como ‘solución de todos los males’. El Parlamento espera aprobar este informe en comisión en noviembre y en sesión plenaria en diciembre.
Fiscalidad de la energía
Respecto a la propuesta de revisión de directiva de fiscalidad de la energía, la Comisión de Transportes y Turismo debatió sobre su proyecto de opinión para el informe que la Comisión parlamentaria de Asuntos económicos y monetarios está preparando al respecto. Aunque la ponente de la Comisión de Transportes, Sabine Wils (Alemania), se mostró de acuerdo con la propuesta de la Comisión Europea, sí criticó que se permita a los Estados miembros excluir de la fiscalidad al carburante utilizado para las navegaciones marítima y aérea. Otros eurodiputados fueron mucho más críticos con la propuesta de la Comisión, entre otras razones, por el aumento del precio de algunos carburantes (como el diésel).
Desde Fenebus recuerdan que esta propuesta pretende, entre otras cosas, abolir la diferencia de tratamiento fiscal entre el gasóleo profesional y no profesional. De acuerdo con el Tratado de Funcionamiento de la UE, es el Consejo quien decide por unanimidad las cuestiones relativas a la fiscalidad. No obstante, resulta obligatorio consultar al Parlamento, pero el dictamen que éste realice no es vinculante para el Consejo.
