El dictamen aprobado por el Comité Económico y Social Europeo sobre la 'Hoja de ruta hacia un espacio único europeo de transporte: por una política de transportes competitiva y sostenible', en el que la Comisión Europea plasma su visión del transporte europeo en 2050, elogia a la Comisión por fijarse objetivos ambiciosos, pero también subraya el desajuste entre los fines, los métodos necesarios para lograrlos y los recursos presupuestarios disponibles.
Asimismo el dictamen considera que la estrategia a largo plazo de la Comisión carece de medidas específicas u objetivos a corto plazo para conseguirlo.
Más concretamente, la Comisión sugiere en su documento que de aquí a 2030 el 30% de las mercancías transportadas por carretera a más de 300 kilómetros se transfieran hacia otros modos de transporte, como el ferrocarril o el transporte marítimo o fluvial, y que dicho porcentaje se incremente hasta el 50% de aquí a 2050. El CESE considera que esta propuesta no es lo suficientemente flexible y que no tiene en cuenta el hecho de que el ferrocarril y las vías navegables no están a la altura de las necesidades en muchas partes de Europa. Además, comentando los planes sobre el transporte por carretera, el Comité destacaba que se ponen demasiadas esperanzas en los vehículos eléctricos y en los combustibles nuevos y más ecológicos por sí solos.
En este sentido y de forma más general, el Comité ha indicado que habría un desacuerdo entre la realidad y los objetivos ecológicos que se han fijado para el sistema de transportes. El objetivo de reducir el CO2 en un 60% para el conjunto del sistema de transportes de aquí a 2050 es, a su entender, poco realista y no se ofrece información sobre cómo conseguirlo y a qué coste.
Objetivos a medio plazo
El CESE, por tanto, pide en su dictamen a la Comisión que fije unos objetivos más concretos a medio plazo, que permitan medir los avances en la reducción de la contaminación y de la dependencia del petróleo.
