"Si hay una mayoría de la corporación que quiere consulta, se debe producir", ha afirmado Maroto, pero advirtiendo que "las bromas las paga quien las produce" así que se ha comprometido a pasar la factura del coste de celebrar esta consulta "que nadie quiere y que nadie necesita", a los concejales de los grupos que la promueven. "No voy a permitir que este esperpento encima les cueste a los vitorianos parte de sus impuestos".
La otra condición anunciada por el alcalde se refiere a la fecha de celebración. "No voy a permitir un retraso que no se justifique" -ha dicho Maroto- "así que la consulta se celebrará antes de julio con lo que el trámite sigue en plazo". "Mantengo mi compromiso y mi palabra con la ciudadanía de Vitoria y la estación de autobuses va a ser una realidad en esta legislatura", ha afirmado, explicando que "Un retraso en las fechas podría significar pérdidas de la subvención ya comprometida por Gobierno Vasco y Diputación".
Para canalizar la celebración de la consulta, el alcalde ha anunciado la convocatoria de un pleno "extraordinario y urgente" a las 8 de la mañana del próximo lunes.