La jornada, organizada por el Ministerio de Agricultura, Alimentación y Medio Ambiente, además de celebrar la cifra —que reciclada equivaldría a un millón de metros cuadrados de superficie de seguridad en parques infantiles— ha ofrecido los datos referidos al ejercicio de 2011.
Uno de los datos más llamativos es el desfase de más de 25.000 toneladas entre los residuos declarados por las empresas adheridas y los neumáticos gestionados. Esto, según la entidad, supuso un sobrecoste de cuatro millones de euros, sufragados por los productores adheridos al sistema. Durante los seis años de actividad, la cifra agregada de residuos no declarados ha alcanzado las 72.334 toneladas, con un coste extra de 13,6 millones de euros.
El destino de un 10% de estos neumáticos fuera de uso (NFU) fue su reutilización en el mercado de ocasión o recauchutado. Del restante 90% la mayor parte se dedicó al reciclado y a otras formas de valorización y el resto —un 42% del total— fue destinado a la valorización energética, bien utilizándose para la fabricación de cemento, bien para la producción de energía eléctrica.
Entre los usos del granulado de caucho, el principal es el de campos de fútbol. Muy por detrás, el segundo uso más habitual es el de la fabricación de suelos de seguridad para parques infantiles y mezclas bituminosas. El principal problema ha sido la reducción de la inversión pública que por otra parte ha sido compensada por la apertura a mercados exteriores.
Seis años de gestión
Este sistema de gestión fue creado hace seis años con el fin de evitar el coste económico y ecológico que suponía el deshacerse de los neumáticos fuera de uso. El principal mérito de Signus es el haber convertido una amenaza al medio ambiente en una nueva oportunidad, transformando un residuo inútil y molesto en un material valioso de gran potencial que ha sido objeto de grandes inversiones en I+D gracias a la colaboración de instituciones públicas y privadas.
