La inversión realizada en los 2,7 kilómetros que ocupa esta nueva variante ha sido de 6, 5 millones de euros. Según la Comunidad de Madrid, esta infraestructura desviará un total de 1.400 vehículos al día, 500 de ellos pesados. La intensidad del tráfico de la zona ha crecido un 12% en los últimos años, lo que ha hecho imprescindible la construcción de esta desviación.
La calzada dispone de dos carriles, uno por sentido de la circulación, con una anchura de 3,5 metros por carril y 1,5 metros de arcén. Esta infraestructura se complementará con dos pasos superiores y uno inferior. La nueva vía mejorará los accesos a Madrid desde Guadalajara, siendo un importante complemento a la A-2 y A-3. Además mejorará las posibilidades de desplazamiento de los vecinos de la zona.
Además de mejorar la fluidez y evitar molestias a los vecinos de Villar del Olmo, la nueva carretera mejorará la seguridad vial de la zona, auténtico punto negro con un índice de peligrosidad tres veces superior a la media de la red de carreteras de la región.
