Es la primera planta dedicada a esta tarea pero no la única: "Hay un montón de grupos haciendo procesos similares donde se intenta sacar diesel directamente de la madera" según Edgar Ahn, responsable de investigación y desarrollo de Bio Energy International. La madera se trata con petróleo pesado y el resultado es un diésel con un 20% de biomasa, lo que es un alto grado de pureza.
Esta se ha presentado como una alternativa interesante, sobre todo para país con grandes reservas madereras como es el caso de Austria. Sin embargo, también hay quien se ha mostrado escéptico o incluso preocupado; es el caso de Jirrien Westerhof, experto en energía de Greenpeace. "Nos preocupa que a largo plazo esto acabe llevando a una situación donde se obtenga demasiada biomasa de los bosques". Para la asociación ecologista, esto podría implicar la degradación de los bosques y que la "solución climática" se convirtiera en un problema a largo plazo.
Sin embargo las posiciones de los expertos se colocan por ahora a favor de esta nueva fuente de combustible, ya que su producción, según señala Ahn, no tiene por qué implicar la tala de más árboles, ya que la intención de los productores es de crecer a base de los desperdicios generados por las industrias madereras.
