La adjudicación de 24.500 unidades anuales del nuevo pick-up podrá suponer una oportunidad para demostrar la mejora de la competitividad de la factoría. Estas unidades estarán destinadas al mercado de Oriente Próximo y dependerán de que el plan de mejora presentado por Nissan Ibérica sea aprobado en Japón.
El acuerdo significaría para la fábrica barcelonesa el mantener una producción estable de dos turnos a pleno rendimiento. También implicaría que 300 empleos actualmente temporales pasarían a ser permanentes, una inversión de 14 millones de euros y la posibilidad de ser los encargados de introducir futuras variantes de este modelo de pick-up en el mercado europeo.
Según ha declarado Frank Torres, consejero director general de Nissan Motor Ibérica SA, "Las plantas de Nissan en España han de ser competitivas para continuar creciendo y para ello presentamos una plataforma de medidas que nos permitirían optar a posicionarnos por encima de 200.000 vehículos al año, a través de más volumen o nuevos modelos." Sobre el desarrollo de las conversaciones con los sindicatos añadió que "el proceso de diálogo está aún abierto y estamos convencidos de que finalizará con un acuerdo durante esta semana."