Juan Calvo, presidente de Fenebus, destacó los tres objetivos principales del Observatorio, como son "la información para las empresas, la constatación veraz de la realidad sectorial y que se convierta en base de negociación", mientras que Rafael Barbadillo, presidente de Asintra, recalcó que "en ocasiones, las decisiones se toman en función de datos muy pobres. Ahora, intentamos conocer el clima de opinión del empresariado de cara al futuro, a fin de que todos tengan más elementos a la hora de tomar las mencionadas decisiones".
El desarrollo del Barómetro corre a cargo de AFI. Ana Ramos, una de las consultoras de la compañía, explicó la filosofía y contenidos del mismo, analizando el entorno económico y las cifras ‘macro’ que indicen sobre la actividad del transporte, y aportando previsiones para dos años, la evolución de los mercados financieros, la evolución de la demanda de viajeros en los distintos modos y distancias, la evolución de los precios sobre la base del IPC, la fluctuación de los costes, y la encuesta realizada a los empresarios sobre su actividad (en el trimestre anterior) y sus previsiones para el futuro inmediato.
Datos coyunturales
Así en relación al tercer trimestre del año, que es el que computa la presente edición del Barómetro, Ramos destacó las caídas sostenidas de la demanda, que podrían acrecentarse porque tanto en el urbano como en el interurbano, el descenso ha sido superior al porcentaje acumulado anual. Esta tendencia no se cumple en el caso del laboral, que crece un 1,2% en el año, pero los datos de julio y agosto en este segmento no son los más significativos.
En cuanto a los precios, se constata que el IPC del transporte urbano crece un 9,2% en lo que va de año, y que las tarifas solo cubren el 50% de los costes de explotación del servicio. Y seguirán subiendo, porque las subvenciones municipales se recortan.
Los costes, por su parte, se ven fuertemente lastrados por el incremento del gasoil, que sube un 14% en lo que va de año y un 44,8% desde 2010. Y esta subida de costes, unida a que la subida de las tarifas se basa en el IPC general, va generando un déficit tarifario que, en el último trimestre computado, ya supera el 10%. "Esto hace necesaria una inmediata revisión de las tarifas", según Ana Ramos, en consonancia con las reiteradas demandas sectoriales en esta misma dirección.
El último punto abordado en el Barómetro fue el clima de opinión. Sobre la base de variables como la demanda, el empleo, la facturación, los beneficios, la inversión y los precios, los empresarios encuestados confirman el pesimismo generalizado. Tanto es así, que el índice utilizado ha pasado de -47,8 en el segundo trimestre al -71 en el tercero, sobre todo por el deterioro del empleo y la inversión. También se toman en consideración variables externas, como los costes de suministros (los peores, porque incluyen el combustible), la financiación, la competencia, los costes laborales y la morosidad. Este último también es de los que presenta un mayor deterioro. Las previsiones para el cuarto trimestre reflejan descensos en todas las variables mencionadas.
