La empresa municipal, ha hecho balance ambiental del año pasado, en el que, según destaca, logró, por primera vez, un balance positivo en la gestión de residuos al superar los ingresos logrados por este aprovechamiento a los gastos generados por su gestión. Los deshechos generados son gestionados según la normativa vigente, según explica el comunicado, bien directamente por la EMT bien a través de empresas gestoras especializadas. Una parte de los residuos se elimina en vertederos controlados o depósitos de seguridad a través de gestores autorizados.
La empresa también explica los tipos de residuos generados (un total de 23) y su clasificación según el riesgo generado. El 91% de estos deshechos corresponden a cinco de estas categorías: lodos, aceite, baterías, líquido refrigerante y aguas con hidrocarburos. Respecto al resto de categorías, la EMT destaca la sepiolita usada, filtros, disolventes, resinas, adhesivos, material eléctrico y electrónico, aerosoles o materiales absorbentes.
La gestión de un volumen tan alto de residuos implica complicaciones importantes, sin embargo, desde la empresa se destaca que "una adecuada política en este sentido contribuye al ahorro de energía, a la mejor conservación del Medio Ambiente de nuestra ciudad y a notables ahorros económicos en esta partida." Además, la EMT logra ingresos complementarios por la gestión de los restos reciclados gracias a la utilización como materia prima para la fabricación de otros productos de una parte importante del material reciclado. La empresa cita los envases de tóner y cartuchos de tinta, que se vacían y se limpian para volver a contener tinta; el aceite usado, que se regenera para volver a obtener aceite de motor; el papel y el cartón, los cuales permiten fabricar papel reciclado; el plomo recuperado de las baterías de este material que permite obtener nuevo plomo para baterías, o los envases GRG (gran recipiente a granel), que se reutilizan una vez limpiados.
Gestión externa
Algunos de los deshechos generados por la EMT como los fluorescentes, las pilas y los aparatos eléctricos y electrónicos, son entregados a otras empresas capaces de encargarse de su reciclaje sin ningún coste para las arcas municipales. Los desechos que no pueden ser reciclados (absorbentes contaminados, filtros, refrigerante usado, lodos con hidrocarburos…) son depositados en vertederos de seguridad.