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BCL impulsa una jornada sobre ‘e-freight’ para mejorar la competitividad de la carga aérea en la Ciudad Condal

martes 12 de noviembre de 2013, 01:00h
BCL analiza la competitividad de la carga aérea.
BCL analiza la competitividad de la carga aérea.

La Comisión Barcelona Airport Cargo de Barcelona-Catalunya Centro Logístico (BCL) ha organizado una jornada sobre el e-freight que ha congregado a más de 50 representantes de empresas y operadores logísticos implicados en la carga aérea en la capital catalana.

Se trata de una iniciativa que tiene como objetivo desarrollar un proceso de transporte de puerta a puerta que se haga sin soporte de papel para la industria de la carga aérea y que sea sustituido por el intercambio de datos electrónicos, ha informado Europa Press. La sesión, que se ha celebrado en la Sala Puerto de Barcelona del World Trade Center, ha contado con el apoyo de la Federación Española de Transitarios (Feteia-Oltra) y de la Asociación Internacional de Transporte Aéreo (Iata).

Los representantes de Iata han presentado las iniciativas que la asociación está llevando a cabo en todo el mundo para implantar los procesos telemáticos en los intercambios documentales e impulsar el modo aéreo en el comercio internacional. Así, este organismo, a través del Global Advisory Air Cargo Group (Gacag), está impulsando el e-freight en el ámbito gubernamental (legislación y servicios aduaneros), y logístico para dejar de utilizar el soporte papel en el conjunto de las cadenas logísticas.

Barcelona Airport Cargo también analizó el caso concreto del sector de la automoción. El director de Producción Exterior de SEAT, Juan Ramón Rodríguez, y el director de Control de Producción de Nissan, Juan Ramón Rodríguez, explicaron que este sector utiliza los servicios de carga aérea en caso de incidencias que pueden afectar sus cadenas de suministro causando la paralización de las cadenas de producción, y por otros envíos de alto valor añadido. La industria del automóvil argumenta que podrían potenciar el uso de la carga aérea en Barcelona siempre y cuando tuvieran más vuelos directos con sus otros puntos de producción y distribución y los costes fueran más competitivos comparados con el transporte marítimo.