Sala fue durante 12 años, de 1979 a 1991, concejal del Ayuntamiento de Barcelona, donde se encargó de diversas responsabilidades de gobierno, aunque alcanzó su mayor notoriedad pública al ocupar la presidencia de Renfe entre 1991 y 1996. Bajo este mandato le tocó vivir uno de los momentos históricos del ferrocarril moderno español, la puesta en servicio del primer tren de alta velocidad entre Madrid y Sevilla en 1992, el año de la Exposición Universal. Pero además, Sala estuvo al frente de los Transportes Metropolitanos de Barcelona a finales de la década de los 80, adquiriendo una experiencia que le abrió el camino para la presidencia de Renfe.
Mercè Sala fue también concejal-presidente del Consejo Municipal del Distrito de Sants-Montjuic y miembro del Comité Ejecutivo del Comité Olímpico Organizador de los Juegos de Barcelona de 1992. Entre 1997 y 2004, Sala fue designada presidenta de la Fundación Politécnica de Cataluña, de donde pasó a presidir el Consejo Social de la Universidad Pompeu Fabra, además de ser consejera delegada de la empresa Temoinsa, dedicada a la fabricación de equipamientos integrales ferroviarios.
"En Transportes Metropolitanos de Barcelona encabezó un gran proceso de modernización y transformación que convirtió a esta compañía en ejemplar, lo que luego le valió para ser una magnífica presidenta de Renfe, donde reorganizó la compañía en unidades de negocio e introdujo el moderno concepto de Cercanías", ha subrayado el alcalde de Barcelona, Jordi Hereu.
Alberto Fernández, presidente del grupo municipal popular en el Ayuntamiento de Barcelona, ha expresado su reconocimiento a Mercè Sala como "la primera gran modernizadora de la democracia del transporte metropolitano y luego ferroviario al frente de Renfe, y su compromiso barcelonés como concejal".
