El alcalde de Toledo, Emiliano García-Page, anunció la semana pasada que su Ayuntamiento negociará con la empresa de transporte urbano de viajeros una prórroga del contrato que supondrá la congelación de las tarifas para todos los usuarios, y lo más llamativo, el ahorro de al menos 700.000 euros para las arcas municipales. El Consistorio de la ciudad imperial también propondrá la puesta en servicio de 11 nuevos autobuses a gas en los próximos dos años.
A pesar de los informes contradictorios que maneja sobre la aplicación del reglamento de la UE en este ámbito, el Gobierno local ha decido anular la licitación en curso del servicio de transporte público de viajeros para “no dejar incertidumbres” y garantizar la seguridad jurídica del proceso.
García-Page explicó que, a pesar del retraso para dar cumplimiento a la reglamentación europea sobre transporte de viajeros, el Gobierno local ha introducido en el ámbito municipal un nuevo modelo que incorpora el concepto de riesgo y ventura para la empresa que acaba con el sistema actual en el que la adjudicataria “se garantiza los beneficios, suban o no viajeros al autobús”.
García-Page ha señalado que el Gobierno local cumplimentará los requisitos de información que se establecen en el citado reglamento y el año próximo “se producirán los ahorros previstos, poniendo las bases de un contrato razonable sin sobrecostes”.