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Autocares Blanco Respaldiza toma la decisión de cardioproteger con B+Safe su parque de autocares VIP

El tiempo máximo para aplicar desfibrilación a alguien que ha sufrido un paro cardiaco repentino es de cinco minutos

martes 30 de junio de 2015, 02:00h
La compañía bilbaína Autocares Blanco Respaldiza ha sido precursora en la cardioprotección de sus pasajeros, con la instalación de tres desfibriladores DOC (Desfibrilador Operacional Conectado) de B+Safe en otros tantos autocares de su flota de vehículos VIP.

Los equipos de B+Safe se utilizarán en el traslado de clientes VIPs y también en el de los equipos deportivos, como los de los clubes de fútbol Arenas Club de Gexto y Club Portugalete. Además, en el caso de las competiciones deportivas, Blanco Respaldiza pondrá a disposición de los estadios estos equipos mientras se celebra el evento.

Especializada en el trasporte discrecional de viajeros, Blanco Respaldiza posee una flota de vehículos de alta gama con algunos de los servicios en ruta más avanzados del mercado como WiFi, WC, sistemas de entretenimiento a bordo, etc. "La instalación de los equipos DOC de B+Safe nos sitúa como la primera empresas del sector en ofrecer cardioprotección a sus clientes en los servicios discrecionales", reveló Jesús Blanco, director de Autobuses Blanco Respaldiza. Además, gracias a la portabilidad de los equipos, Blanco Respaldiza tiene previsto ofrecer cardioprotección "en tierra" a sus clientes mientras se preste el servicio.

Según B+Safe, el País Vasco se sitúa a la cabeza en la cardioprotección de los espacios públicos y privados y ahora "la empresa bilbaína Blanco Respaldiza lidera la cardioprotección en el transporte por carretera", aseguró Nuño Azcona, CEO de B+Safe.

Espacios cardioprotegidos con DOC

La cardioprotección es una tendencia al alza orientada a la protección del corazón en caso de episodios cardíacos. El gran número de muertes por paro cardíaco en la población ha alentado a gobiernos, empresas, entidades y asociaciones a concienciar a los ciudadanos y tomar medidas que permitan revertir la situación gracias a la creación de zonas o espacios cardioprotegidos. Estas zonas cuentan con, al menos, un desfibrilador, con mantenimiento garantizado y con personas adecuadamente formadas para poder garantizar una rápida actuación en caso de paro cardíaco repentino (para conseguir que vuelva a latir el corazón de la persona afectada), hasta la llegada de los servicios médicos de emergencia.

Para que las posibilidades de supervivencia ante un paro cardíaco repentino sean óptimas, se debe realizar de forma inmediata una resucitación cardiopulmonar (RCP) que permita conservar el flujo necesario de sangre oxigenada al cerebro hasta que se restablezca el ritmo cardíaco normal mediante la descarga eléctrica suministrada por un desfibrilador. El tiempo máximo para aplicar la desfibrilación a una persona que ha sufrido un paro cardíaco repentino es de cinco minutos.

Hay identificados cuatro pasos críticos para tratar el paro cardíaco repentino, denominados Cadena de Supervivencia: Reconocimiento y llamada al servicio de emergencia; Rápida resucitación cardiopulmonar (RCP); Desfibrilación temprana; y SVA y cuidados post-resucitación.

En Europa, el paro cardíaco es una de las primeras causas de mortalidad y en España se dan más de 40.000 por año. En nuestro país, tras una enfermedad cardíaca, el índice de salvación se sitúa en un 4% mientras en EE.UU. se sitúa ya en un 50% gracias a la implantación masiva de desfibriladores. El plazo de intervención para salvar a una víctima es de no más de entre cuatro y cinco minutos. Además, por cada minuto que se pierde, hay un 10% menos de probabilidad de supervivencia.