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De izquierda a derecha: Yago García, Juan Luis García Revuelta, José Luis Pertierra, Diego Buenestado y José Andrés Díez.
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De izquierda a derecha: Yago García, Juan Luis García Revuelta, José Luis Pertierra, Diego Buenestado y José Andrés Díez.

La XXIII Semana del Autocar sirve para poner de relieve los temas donde el Sector debe actuar para mejorar sus prestaciones (III)

Es indignante que haya empresas que puedan saltarse las reglas del juego como les dé la gana, mientras las empresas de autobuses están abocadas a seguir normas

miércoles 04 de noviembre de 2015, 07:00h
El tercer asunto sobre el que se discutió en la Semana del Autocar recayó sobre un tema muy de actualidad como es el consumo colaborativo de coche compartido y las plataformas que lo promocionan, Uber y Blablacar principalmente.
Juan Luis García Revuelta, responsable de relaciones internacionales e institucionales del sector carretera de CC.OO. narró como la alarma saltó en mayo-junio de 2014, en una reunión sindical en Londres. ''A lo largo del mundo cada país ha actuado de distinta forma ante estas compañías. Como sindicato sabemos cómo se regula el trabajo, pero no cómo se regulan los favores''.

''Hay cuatro principales colectivos que se han hecho eco de esta temática: la prensa, la Administración, la percepción social y la actitud propia individual. A veces el principal error que se comete es que se trata al Sector como si fuera a fabricar tornillos, olvidando que se encarga de dar un servicio público'', apostilló García Revuelta.

Diego Buenestado, responsable del área interna de negociación colectiva e internacional de UGT, no dudó en afirmar que estas plataformas son claramente un transporte más y por eso deberían estar reguladas por tales leyes al respecto. ''Entendemos que cualquier conductor a través de estos medios debe cumplir los mismos requisitos que conductores profesionales''.

''Nuestra baza debe ser la de la regularización, pero bien hecha. Entendemos que este es un tema importante porque actualmente es competencia desleal. A la larga si esto no cambiase podría llevar a un trabajo más precario'', sentenció Buenestado.



Lo que Uber y Blablacar ocultan



Yago García, abogado, realizó un estudio sobre las empresas que están detrás de los, hoy por hoy, más importantes consorcios del mal llamado consumo colaborativo: Uber y Blablacar. Lleva a la reflexión que detrás de Uber se encuentren Lowercase, TPG, Bezos Expeditions, Google Ventures o Goldman Sachs. Además la marca está valorada en 45.000 millones de dólares.

Respecto a Blablacar, es menos espectacular, y sus inversores son Isai, Index Ventures, Accel Partners o el grupo de comunicación Bertelsmann. Está valorado en 1.400 millones de euros. Ambas plataformas invierten ingentes cantidades de dinero en marketing. ''Estos socios , además, te dan mucha fortaleza para luchar en los tribunales'', recordó Yago García.

José Andrés Díez, abogado, se ha encargado de llevar ante los tribunales la demanda de los taxistas contra Uber o la de Confebús contra Blablacar. ''El derecho a veces es muy obtuso y demasiado estirable y dependiente de la interpretación de los jueces. Tanto Uber como Blablacar se definen como un servicio de la sociedad de la información y de la decisión final respecto qué son, se definirá que normativas se les deben aplicar''.


Las empresas y asociaciones de autobuses tienen que empezar a jugar con las nuevas reglas si no quieren ver como les comen su trozo del pastel
''Hay que tener también en cuenta que Uber se dirige al transporte urbano y Blablacar a los viajes de media y larga distancia. Pero, al final, ambas median en el transporte. La Sección 28 de la Audiencia Nacional lo que plantea es la inexistencia de autorización y competencia desleal. Blabacar cobra en torno a un 10% el precio final por el uso de sus servicios''.

Está claro que este tema serviría para escribir párrafo tras párrafo. La conclusión es que está claro que es indignante que haya empresas que puedan saltarse las reglas del juego como les dé la gana, mientras que las empresas de autobuses están abocadas a seguir las normas si no quieren verse expedientas y/o multadas.

Sin embargo, lo que también se necesita en este caso es una rápida y nueva reglamentación que se adecue a los tiempos actuales y no la inacción por parte de la Administración, provocando este vacío legal. Pero también las empresas y asociaciones de autobuses tienen que empezar a jugar con las nuevas reglas si no quieren ver como les comen su trozo del pastel.