El número de mudanzas económicas en Madrid, Barcelona, Sevilla o cualquier otra ciudad española ha sufrido un ligero repunte
Así, el número de mudanzas económicas en Madrid, Barcelona, Sevilla o cualquier otra ciudad española ha sufrido un ligero repunte, recuperando cifras de años anteriores pero sin llegar a los máximos recientes que tuvieron lugar durante los cursos 2006 y 2007. Pero, ¿cuáles son los principales factores que explican este aumento en el número de traslados? Lo cierto es que tras un periodo de crisis que ha afectado directamente al sector inmobiliario, es lógico que a medida que se vayan despejando los horizontes económicos también se vaya reactivando la compraventa de viviendas y, en consecuencia, el número de mudanzas.
Pese a la grave recesión que se ha vivido en el campo inmobiliario, lo cierto es que el sector de las mudanzas económicas en Madrid, Barcelona, Bilbao o cualquier otra ciudad no sintió tan profundamente los efectos. Eso sí, poco a poco va volviendo a alcanzar niveles más propios y correspondientes a años anteriores al estallido de la burbuja.
Uno de los factores más importantes y que pueden explicar este actual repunte es el crecimiento de las grandes ciudades. De hecho, este hecho implica un doble efecto para las mudanzas: por un lado atrae a más personas por motivos de trabajo y, al mismo tiempo, motiva la emigración a otras localidades o a las afueras de la urbe, donde los costes de las viviendas suelen ser ligeramente inferiores. En cualquier caso, ambas situaciones crean necesidades que solo este sector puede cubrir.
Traslados económicos
Otro factor que puede explicar perfectamente el aumento de los traslados económicos en Madrid, Barcelona o cualquier otra ciudad es el emprendimiento,
un camino profesional cada vez más utilizado en España ante la incertidumbre laboral. Esto provoca que muchos jóvenes, con ideas y metas, deban adecuar su residencia a las necesidades de cada proyecto concreto. Pero también se pueden señalar otras causas, como un aumento del interés por alquilar la vivienda en vez de su adquisición, una práctica muy común en países del resto de Europa pero que en España no había conseguido gran aceptación hasta hace relativamente poco.