Michelin, según un comunicado de la compañía, puso a la venta su primer neumático ecológico en 1992. Desde entonces, gracias a su uso, se han ahorrado 10.000 millones de litros de combustible, lo que se traduce en una reducción de emisiones superior a los 25 millones de toneladas métricas de CO2. En estos 16 años, Michelin ha vendido más de 600 millones de cubiertas verdes en todo el mundo, por lo que, debido a la eficacia de estos neumáticos, se han ahorrado 43,9 litros de combustible cada segundo. Esto significa que, a lo largo de estos años, cada segundo se ha conseguido evitar la emisión de 109,14 kg de CO2 a la atmósfera.
Desafío crucial
"Este es un desafío crucial en un momento en el que el continuo aumento del precio del combustible y su impacto global en la economía están reduciendo el poder adquisitivo de los consumidores de todo el mundo", señala el mismo comunicado, que reitera que "con sus neumáticos ecológicos, Michelin lucha activamente para reducir el coste y el impacto medioambiental del transporte por carretera. Este tipo de cubierta permite ahorrar, en automóviles, un depósito de combustible por cada cinco que se llenan, una cifra que se reduce a uno por cada tres en el caso de camiones".
El objetivo de Michelin es diseñar neumáticos que ayuden a reducir el consumo de combustible, al mismo tiempo que mantienen las máximas prestaciones en cuanto a seguridad y kilometraje.
A lo largo de su historia, Michelin siempre ha tenido como principales objetivos la preservación del medio ambiente y de los recursos energéticos. En los últimos 16 años, Michelin ha desarrollado cuatro generaciones de neumáticos ecológicos. El último modelo incorporado a la gama, el Michelin Energy Saver, reduce sustancialmente, una vez más, el consumo de combustible y mejora sus prestaciones medioambientales. Al mismo tiempo, garantiza una completa seguridad y una gran durabilidad.