Este resultado positivo proviene de la confianza en la gestión publica de los servicios al ciudadano y es consecuencia de un incremento del 4,6% en la cifra de negocio de EMT, aumento motivado, fundamentalmente, por los ingresos obtenidos en la prestación del servicio de transporte mediante autobús. También se han incrementado los ingresos de gestión relacionados con otras actividades que desarrolla EMT como la administración de aparcamientos públicos, el servicio de BiciMAD y las actividades de consultoría.
Las deudas con entidades de crédito y de arrendamiento financiero a largo plazo disminuyen un 26,6%
En los últimos tres años el cambio de gestión en la empresa ha conseguido que los ingresos de las actividades no vinculadas al transporte en autobús aumenten en un 252% contribuyendo a la estabilidad financiera de la empresa. Los ingresos del CRTM y tarifarios han aumentado un 108% gracias a un mayor esfuerzo del Ayuntamiento de Madrid y la Comunidad de Madrid permitiendo la recuperación paulatina del servicio perdido durante la crisis. La mejora de las cuentas ha permitido reducir la subvención recibida del Ayuntamiento de Madrid en un 53%. En estos dos años el ratio de solvencia ha avanzado un 21%, el endeudamiento se ha reducido en un 30% y el patrimonio neto se ha multiplicado por dos.
Por su parte, los gastos han aumentado un 5,6%. También se ha registrado un incremento del 23% de los gastos de amortización como consecuencia de la adquisición de nuevos autobuses. Los gastos financieros han disminuido más de un 40% respecto al año anterior, por la reducción de deuda y la renegociación de contratos.
Respecto al balance de la sociedad, en 2017 destaca la compra de 253 autobuses, por valor de casi 79 millones de euros. La financiación de estas inversiones se ha realizado mediante subvención de capital del Ayuntamiento de Madrid a través de inversiones financieramente sostenibles, lo que ha permitido la reducción de su deuda y mejorar su fondo de maniobra.
EMT aclara las informaciones de El País y La Razón sobre amianto
Ante la información aparecida en el día de hoy en el diario El País bajo el titular “322 trabajadores afectados por amianto durante las obras de una cochera de la EMT, la Empresa Municipal de Transportes de Madrid ha explicado que “es absolutamente falso que 322 trabajadores de EMT hayan respirado o inhalado fibras de amianto ya que los análisis realizados en la zona donde se realizaron las obras descartan la presencia o concentración de esta sustancia en el aire; y los análisis realizados a los trabajadores expuestos han descartado cualquier presencia de fibras de amianto”. Además, desde la compañía afirman que “es falso que la comisión evaluadora de prevención detectara estos hechos el 7 de febrero de 2017, pues la fecha en que dicha comisión se pronunció fue el 7 de noviembre de 2017; al día siguiente se produjo la paralización preventiva de las obras y de los trabajos en las naves de EMT. Es decir, entre el informe de la comisión evaluadora y la paralización de las obras no transcurrieron diez meses sino un día.
Que el diario El País no ha contrastado ninguna de las informaciones publicadas con la Empresa Municipal de Transportes de Madrid. Asimismo, en referencia a la información aparecida en el diario La Razón bajo el titular “Trabajo expedienta a la EMT por exponer a sus trabajadores de las cocheras al amianto”, la EMT informa de que “es falso que EMT haya sido expedientada por la Dirección General de la Inspección de Trabajo y Seguridad Social pues, a día de hoy, EMT no ha recibido ninguna notificación ni expediente a este respecto”. EMT estudia la puesta en marcha de acciones judiciales contra el diario El País y La Razón por delitos de calumnia y falsedad.
A este respecto, hay que recordar que EMT decidió, en noviembre de 2017, el cierre inmediato y preventivo de dos naves del Centro de Operaciones de Fuencarral como consecuencia de la realización de las mencionadas obras de mejora, que estaban siendo llevadas a cabo por una empresa subcontratada, en las que no se habían aplicado adecuadamente el plan de trabajo dictado por EMT ni los protocolos establecidos en la normativa vigente en trabajos sobre cubiertas de uralita.