Alberto Ruiz-Gallardón, alcalde de Madrid, ha inaugurado ayer esta línea que, como ha subrayado, se suma a las medidas de su Gobierno para conseguir que "el corazón de la ciudad se convierta en un espacio más habitable, con mayor protagonismo para el peatón y, a la vez más accesible". La nueva línea unirá ejes comerciales como Sol, Gran Vía, Fuencarral o los Bulevares, constituyendo una alternativa de transporte público para acceder al tramo de la calle de Fuencarral que, como anunció el alcalde hace un par de días, se va a convertir en zona peatonal. La inauguración coincide con la celebración de la Semana de la Movilidad.
Los veinte minibuses Gulliver que conforman la flota de estas dos líneas tienen una capacidad, cada uno, de 25 plazas, de las que 7 son sentadas, y 18 de pie, y garantizan las mismas ventajas de accesibilidad que el resto de autobuses de la flota, incluida la rampa de acceso que facilita su uso a personas con movilidad reducida.
Mayor maniobrabilidad, menor contaminación
Estos minibases aportan dos singularidades. La primera es su alimentación totalmente eléctrica, lo que hace posible que la circulación por el centro de la ciudad no genere ningún tipo de gas contaminante. La otra es su versatilidad y maniobrabilidad, que les permite circular por espacios y vías públicas a los que, por su configuración urbana y características históricas, nunca hasta ahora habían podido acceder autobuses de la EMT. Esas características confirman, para el alcalde, que la apuesta por el transporte público en superficie es una decisión inteligente. "No es sólo una opción respetuosa con el medio ambiente, sino que además contribuye a revitalizar el centro urbano y a reforzar la cohesión de unos barrios en los que las políticas promovidas por el Gobierno municipal, junto a la decidida apuesta de la iniciativa privada por hacer de ellos referentes del comercio de calidad, han puesto fin a un proceso de deterioro y lo han sustituido por el comienzo de un prometedor futuro".
En esa línea, recordó algunas de las medidas que ha llevado a cabo su Gobierno, como es la adaptación de la EMT a las necesidades de los ciudadanos, "ampliando su red para prestar servicios a los nuevos desarrollos urbanos y a aquellos espacios que carecían de esta opción de transporte". Ese es el caso de los polígonos industriales y los centros de trabajo, a los que el Ayuntamiento va a dotar, a través de líneas específicas de la EMT, de conexiones con la red de Metro. Así se ha hecho ya con la Línea T23, que une el parque empresarial de Las Gallegas, en Vicálvaro, con la estación de Metro de Puerta de Arganda. Otra innovación, ya en marcha, es la creación de líneas exprés o lanzaderas, cuya función es asegurar un sistema de conexión rápido entre áreas intermodales o intercambiadores y la almendra central. Desde enero está en funcionamiento la E-1, la primera del total de 11 líneas de estas características que se van a crear, y cuyo trazado discurre entre Atocha, Embajadores y Plaza Elíptica.
