La compañía opera líneas de media y larga distancia de ámbito internacional, con presencia en más de 30 países, en los que “también tenemos servicios domésticos, excepto en España, donde la normativa no lo permite”. Por eso, Pastega afirma que “dadas las circunstancias del estado de alarma, nuestros socios llevan varias semanas parados, a diferencia de lo que sucede en países como Alemania, Suecia o Austria, donde hemos vuelto a funcionar, ya que la situación lo permite”.
'Las compañías no trabajan porque, debido a las restricciones y al precio del billete, no les resulta rentable'
Pastega recuerda que “transportamos casi un millón de viajeros en España el año pasado, conectando más de 40 ciudades con destinos internacionales, sobre todo países cercanos, y esperamos volver a la actividad lo antes posible, aunque está claro que las previsiones que manejábamos para 2020 ya no tienen sentido”.
El director general tiene claro que “algunas de las empresas nacionales podrían comenzar a trabajar ya, pero las restricciones a la circulación entre países y a la capacidad de los vehículos hace que sea muy difícil llegar al umbral de rentabilidad. Nuestros márgenes son muy pequeños y no podemos cubrir los costes al 50% de la capacidad”, añadiendo que no encuentra explicación al hecho de que “los autocares tengan que llevar solo la mitad de los viajeros y los aviones no sufran esa restricción”.
Operación
A nivel operativo, Flixbus está “en constante comunicación con nuestros asociados, que son los más afectados, y muy atentos a la evolución de la normativa en los diferentes países con los que tenemos conexiones”, aprovechando para solicitar “tanto en este tema como en otros muchos, una mayor armonización normativa en el marco comunitario”. Y Pastega refuerza este argumento: “España es el único país que mantiene las líneas regulares bajo titularidad pública. Si no puedes llevar más del 50% de los viajeros y tampoco se puede modificar el precio del billete, la recuperación de la actividad es más lenta”.
En todo caso, “de la mano de nuestros socios, hemos adoptado estándares de calidad y limpieza en todos nuestros vehículos y estamos listos para arrancar en cuanto nos sea posible. La flota de Flixbus tiene una edad media de tres años y ha sido adaptada para permitir el acceso por la puerta trasera, se han cerrado los baños, se intensifican las labores diarias de desinfección…”. Ese horizonte de la vuelta a la actividad “es incierto, porque aunque se anuncie la llegada de turistas para el mes de julio, habrá que comprobar el comportamiento de la demanda para entonces”. En este sentido, Pastega lanza una pregunta a la Administración: “¿Se va a hacer algo para que no se siga desincentivando el uso del modo de transporte más respetuoso con el medio ambiente?”.
Para finalizar, y volviendo a su afirmación inicial, el director nacional de Flixbus redunda en la necesidad de flexibilizar el modelo, añadiendo que “tiene poco sentido que no podamos hacer cabotaje (recoger o dejar viajeros en ciudades nacionales de paso de sus líneas internacionales), algo que podría mejorar la oferta y hacer la explotación más rentable. La tecnología existente podría, además, mejorar la conectividad de forma más eficiente”, despidiéndose con la constatación de que “el Sector atraviesa un momento complicado, pero espero que todo vaya mejorando y que la Administración tome cartas en el asunto para apoyar a una actividad tan esencial como el transporte de viajeros por carretera”.