Se proyecta que la economía mundial se contraerá bruscamente hasta en un 8% en 2020, según la Organización Mundial del Comercio, con una disminución del comercio mundial de hasta un tercio. Y es evidente que los servicios de transporte por carretera apuntalan toda actividad económica, como la base de todas las cadenas de suministro intermodales y redes de movilidad. Sin embargo, nuevos hallazgos revelan la magnitud del impacto que ha tenido la pandemia en las más de 3.5 millones de compañías que brindan servicios de transporte por carretera en todo el mundo.
Consecuencias
Los ingresos del operador de transporte de pasajeros se han diezmado hasta en un 100% durante el período de confinamiento, en comparación con el mismo período del año pasado. Esto oscila desde el 50% para los autobuses urbanos, hasta el 80% para los servicios interurbanos regulares, llegando al 100% para los servicios de autobuses turísticos e internacionales.
La quiebra de los operadores pone en riesgo la recuperación de toda una economía
Por su parte, los ingresos del operador de transporte de mercancías han disminuido hasta en un 40%, aunque también se han ralentizado aún más algunos segmentos como el textil, flores, piezas de automóviles y materiales de construcción.
"En todo el mundo, las empresas de transporte por carretera, incluidas millones de pequeñas y medianas empresas, están luchando", dijo Umberto de Pretto, secretario general de IRU. "Su problema más acuciante es la liquidez, muchos están ahora al borde de la bancarrota, y se espera que las dificultades financieras continúen al menos hasta 2022", añadiendo que “la quiebra de los operadores pone en riesgo la recuperación de toda una economía, así como el retorno a la interacción social y comunitaria".
Existen otras barreras operativas clave. En el transporte de mercancías, hablamos de restricciones legales que impiden que los conductores trabajen, la congestión en las fronteras y los retrasos en los puntos de carga y descarga. Las empresas de pasajeros deben hacer frente al cierre de los servicios de movilidad, la desconfianza del transporte público por el distanciamiento social y el costo de medidas adicionales de salud y seguridad.
Por lo tanto, IRU está estableciendo medidas clave a corto plazo para que los gobiernos, las organizaciones internacionales y los bancos mantengan la actividad de los operadores de transporte por carretera, las cadenas de suministro y movilidad funcionando de manera eficiente, para impulsar los esfuerzos de recuperación.
A este respecto, Mathias Maedge, director de Global Advocacy de la IRU, confirma a NEXOTRANS.com que ”IRU y sus socios han estado trabajando en medidas de ayuda inmediatas y concretas para ayudar a los operadores de transporte de pasajeros y mercancías a resistir el impacto económico de la pandemia. Necesitan más apoyo de los gobiernos, a través de medidas financieras y no financieras, para mantenerse fuertes y ayudar a impulsar la recuperación económica mundial”.
Medidas financieras
• Proporcionar subsidios directos en efectivo a las empresas de transporte por carretera, como ayuda temporal, que se pueden eliminar gradualmente a medida que la situación mejore.
• Facilitar el acceso a préstamos para cubrir costos variables, refinanciación de créditos preexistentes para la compra de activos (por ejemplo, alquiler de vehículos) y facilitar créditos para la renovación de flotas a tasas de interés bajas o del 0%.
• Facilitar demoras en las fechas de vencimiento para pagos de préstamos y cuotas de leasing o renting.
• Ampliar los plazos de pago y/o reducir o eliminar temporalmente los impuestos, cargos y aranceles, incluidos los impuestos corporativos, las contribuciones sociales y el impuesto al combustible.
• Facilitar la reducción de las primas de seguro y renunciar a las primas para vehículos no operativos debido a la detención de los bienes y servicios de pasajeros.
• Establecer programas de apoyo financiero para trabajadores del transporte por carretera temporalmente desempleados y facilitar la reintegración a la fuerza laboral del transporte de personas calificadas que quedaron desempleadas debido a la crisis.
Medidas de otra índole
• Establecer carriles verdes para camiones en todas las fronteras, respaldados por políticas y procedimientos que eviten las paradas innecesarias.
• Priorizar el transporte colectivo de pasajeros, en particular para los trabajadores, con medidas apropiadas de seguridad e higiene.
• Designar a los trabajadores del transporte por carretera como trabajadores esenciales, y darles acceso prioritario a equipos y materiales de protección y desinfección adecuados.
• Permitir la máxima flexibilidad en la interpretación de los tiempos de conducción, restricciones y medidas de tolerancia para prolongar la validez de los documentos de control vencidos, incluyendo visados, certificados y licencias.
Umberto de Pretto concluye afirmando que “los conductores han arriesgado su propia salud al llevar alimentos, medicinas y trabajadores esenciales a supermercados y hospitales en todas partes. Ahora, la misma industria necesita ayuda, ya que puede impulsar la recuperación económica global de Covid-19".