La inauguración se ha programado con un mes de antelación y este plazo va a permitir concluir los últimos retoques, como por ejemplo forrar de madera la zona destinada a la venta de billetes y amueblarla, instalar las taquillas de la consigna o colocar el mobiliario de la cafetería. La fecha no trastocará la vida municipal ni tampoco la del Gobierno, que sufraga buena parte de la obra, porque se trata de una jornada festiva. Además, los domingos son días de menos movimiento en lo que a transporte se refiere y permitirá a las compañías hacer el traslado con tranquilidad para poder entrar en pleno funcionamiento al día siguiente.
El 4 de noviembre es una fecha significativa, ya que coincide con el tercer cumpleaños de la aprobación en el pleno del Ayuntamiento de Pamplona del proyecto de esta nueva estación. Aunque la adjudicataria de la obra (la UTE formada por Azysa y Gea 21) no ha entregado todavía la estación, sí han comenzado algunas de las inspecciones técnicas previas al otorgamiento de la licencia de apertura. Así según afirma Roberto Montero Beristáin "de esta manera, si hay algún fallo más complicado de solucionar, tendremos tiempo de hacerlo".
Las visitas de los inspectores se centraron, principalmente, en la zona comercial de la estación, donde se ubican los restaurantes y los comercios, donde quedan todavía espacios libres para la instalación de algunos negocios. "Suponemos que ahora es mal momento para que la gente se anime, y es probable que algunos esperen a que la estación comience a funcionar", aseguraba Montero.