Uno de los objetivos de los esfuerzos de desarrollo de Škoda ha sido mejorar la potencia de los motores, al mismo tiempo que hacerlos más ecológicos. Combinado con una optimizada caja de cambios DSG de siete velocidades, el nuevo 1.2 TSI de gasolina (105 CV) tiene un consumo de 5,3 litros a los 100 km. El motor TSI de cuatro cilindros está disponible en dos niveles de potencia, 85 y 105 CV. Ambas versiones también estarán disponibles en combinación con una caja de cambios manual de cinco velocidades.
La potencia de los motores diésel de 1.2 y 1.6 litros oscila entre los 75 y los 105 CV. Todas las unidades diésel incorporan filtro de partículas. Uno de los cambios principales es la incorporación de la tecnología Common Rail, con la que la presión de inyección sube a 1.600 bares y los inyectores piezoeléctricos de respuesta rápida pueden rendir a cinco inyecciones por ciclo. Como resultado, todos los motores funcionan de forma más fluida y el volumen de emisiones de CO2 se sitúa por debajo de 110 g/km en la gama entera de diésel. En todas las versiones diésel, los gases de combustión se limpian en un catalizador de oxidación y a través de la recirculación de gases de escape.