Director general de Astic, Ramón Valdivia: “Este tipo de actuaciones restringen la libre circulación de personas y mercancías por territorios de la Unión”
Los transportistas europeos, que pueden llegar a atravesar hasta tres y cuatro fronteras de estados miembros de la UE en una sola jornada, se niegan a que la DDT, que está diseñada para trabajadores que trabajan durante periodos de meses o años en un país distinto al de origen del trabajador o del país en el que está contratado, se les aplique. Aseguran que se trata de dos casos totalmente distintos.
Las 14 asociaciones firmantes han querido también recordar casos como la Macron en Francia o la MiLog en Alemania, casos reales en los que la directiva, a través de leyes, ha producido un verdadero caos burocrático a las empresas y trabajadores extranjeros.
Si se continúa en esta situación, según han explicado las asociaciones de transportistas, las empresas de transporte internacional por carretera tendrán en Europa hasta 20 legislaciones diferentes y hasta 50 niveles de salario mínimo. Esto perjudicará sobre todo a las pequeñas y medianas empresas, que cuentan con una menor flexibilidad y recursos para afrontar tan complicada situación normativa.
Astic y las demás firmantes, solicitan que se excluya expresamente el transporte por carretera de la Directiva europea sobre trabajadores desplazados, al igual que ocurrió, por ejemplo, con el transporte marítimo.