La movilidad empresarial en España encara el reto de la sostenibilidad con intenciones claras, pero acciones aún limitadas. Según el Estudio de monitorización de Emisiones de Flotas en Europa (efem), elaborado por Alphabet, solo el 34 % de las empresas realiza un seguimiento de las emisiones de CO₂ de su flota, a pesar de que el 80 % considera este tema como importante.
Más preocupante aún es que el 43 % de las compañías ni siquiera ha fijado objetivos de reducción de emisiones, y el 58 % no controla actualmente el impacto ambiental de sus vehículos. La nueva directiva CSRD, que busca reforzar la transparencia en sostenibilidad, apenas ha tenido influencia en este terreno: solo un 4 % de las empresas asegura haberse visto afectada por esta normativa.
Datos hay, pero faltan herramientas
Una de las principales barreras es la falta de digitalización. Más de la mitad de las empresas (52 %) enfrenta dificultades con la integración de herramientas digitales para la gestión de sus flotas. A día de hoy, un 54 % sigue confiando en cálculos propios y un 20 % usa hojas de Excel como principal herramienta de seguimiento. La inteligencia artificial, con todo su potencial, apenas está presente: solo un 14 % la ha incorporado en sus procesos de movilidad.
Este rezago tecnológico complica la extracción de datos valiosos y reduce la capacidad de respuesta ante exigencias regulatorias y objetivos medioambientales.
Electromovilidad: intención alta, conocimiento bajo
En cuanto a la electrificación, aunque el 57 % de las empresas manifiesta su intención de adoptar vehículos eléctricos, solo el 38 % se siente bien informada sobre movilidad eléctrica. Esta brecha se amplía cuando hablamos de ayudas públicas: el 38 % desconoce los programas de subvenciones existentes y un 27 % afirma no estar bien informado.
Las preocupaciones siguen siendo las de siempre: la autonomía de los vehículos (42 %) y la falta de infraestructura de recarga (32 %) son los principales frenos señalados por los gestores de flotas.
Alberto Copado, CEO de Alphabet España, resume la situación con claridad: “Las compañías que tomen la iniciativa en digitalizar sus flotas y avanzar hacia la electrificación estarán mejor preparadas para cumplir con las regulaciones, reducir costes y ganar en reputación. Pero todavía hay una distancia importante entre el deseo y la acción real.”