Valencia ha vivido este sábado una jornada de emoción, ruido de motores y orgullo profesional. Más de 300 cabezas tractoras han recorrido las principales calles de la ciudad en la tradicional procesión de San Cristóbal, patrón de los transportistas, acompañadas por más de 1.000 profesionales del sector convocados por la Federación Valenciana de Empresarios del Transporte y la Logística (FVET).
Más de 14.800 empresas y 94.000 profesionales
Con música, fuegos artificiales y aplausos a su paso, la comitiva ha rendido homenaje a una profesión que, como cada año, sale a la calle para reivindicar su valor, visibilizar su esfuerzo diario y reforzar su vínculo con la ciudadanía. Y es que, como recordó Carlos Prades, presidente de FVET, “el transporte es un sector esencial que hace girar la economía”.
Motores solidarios, compromiso constante
Tras la eucaristía y la bajada del santo, los vehículos partieron desde la Avenida del Cid hacia los Tinglados de la Marina, pasando por lugares emblemáticos como el Ayuntamiento o la sede de la Policía Local. Allí, transportistas y familias compartieron un encuentro lúdico de ‘germanor’.
Además del componente festivo, el evento tuvo un marcado carácter solidario, como es tradición. Durante la jornada se organizó una recaudación benéfica a favor de Casa Caridad, entidad valenciana que trabaja con personas sin hogar o en riesgo de exclusión. “Este sector no solo mueve mercancías, también mueve solidaridad”, afirmó Prades.
La cita contó con la presencia de figuras destacadas del ámbito institucional y empresarial como Manuel Ríos (Generalitat Valenciana), Mar Chao (Autoridad Portuaria de Valencia) o Salvador Navarro (CEV), así como representantes de patronales y operadores logísticos.
Valencia, epicentro del orgullo transportista
Con esta celebración, Valencia se consolida como referencia nacional en la defensa y visibilidad del transporte, un sector que en la Comunidad Valenciana agrupa a más de 14.800 empresas y 94.000 profesionales.
La festividad de San Cristóbal se convierte cada año en un recordatorio de la fortaleza, unión y generosidad de un colectivo que, más allá del volante, está siempre dispuesto a tender la mano.