España continúa dando pasos en la senda de la electromovilidad. Según el último Barómetro de Electromovilidad de ANFAC correspondiente al segundo trimestre de 2025, el indicador global ha experimentado un crecimiento de 1,6 puntos, alcanzando los 18,7 sobre 100. Este avance se debe, principalmente, al buen comportamiento del mercado de vehículos electrificados, que sigue ganando peso en las matriculaciones.
El crecimiento registrado se sitúa al mismo ritmo que la media de la Unión Europea, lo cual es positivo. Sin embargo, el país continúa rezagado respecto al resto del continente, donde la media europea alcanza los 32,3 puntos. Esta distancia evidencia que, aunque la dirección es la correcta, el ritmo sigue siendo insuficiente para alcanzar los objetivos marcados por el paquete Fit for 55 de la Comisión Europea.
Madrid lidera el cambio, otras regiones se suman
En el análisis por comunidades autónomas, Madrid se consolida como líder en electromovilidad, con una puntuación de 26,6 y un crecimiento de 3,3 puntos en este trimestre. Le siguen Cantabria, Cataluña e Islas Baleares, que también muestran una evolución positiva.
Este dinamismo regional demuestra que cuando existen incentivos, voluntad institucional y colaboración público-privada, el avance es posible. Sin embargo, otras regiones continúan lejos de la media nacional, reflejando una España a diferentes velocidades en el proceso de transición energética.
Llamado a acelerar: “No nos podemos conformar”
José López-Tafall, director general de ANFAC, ha valorado estos datos como “positivos”, pero advierte: “No nos podemos conformar con este ritmo. España avanza, pero la media europea todavía se sitúa lejos, y los plazos con los que debemos medirnos son los fijados por la regulación, no por el mercado”.
López-Tafall subraya que el compromiso del sector y de los ciudadanos existe, y que se ha demostrado que, cuando se activan medidas como la renovación del MOVES o se amplía la red de recarga, el impacto es tangible. “Hay que trabajar en medidas con mayor impacto, como una fiscalidad que incentive la compra y evitar mensajes confusos sobre el vehículo privado, que pueden frenar esta transición”.