La Dirección General de Tráfico (DGT) ha puesto el foco en un vehículo que gana cada vez más protagonismo en las carreteras: las furgonetas, situadas a medio camino entre turismos y camiones, cuyo parque se ha disparado en los últimos años gracias al auge del comercio electrónico y la logística de última milla.
Durante una jornada celebrada en Madrid, expertos, responsables públicos y representantes del sector analizaron la siniestralidad y el impacto de estos vehículos en la movilidad, con el objetivo de diseñar un plan específico de seguridad vial que permita reducir accidentes en carretera y entornos urbanos.

Un parque envejecido
Según datos del Observatorio de Seguridad Vial, en 2024 murieron 79 ocupantes de furgonetas en vías interurbanas, casi el doble que el año anterior, y los heridos hospitalizados pasaron de 138 a 190. Las colisiones y salidas de vía fueron los siniestros más frecuentes.
En zonas urbanas también se registró un repunte: seis fallecidos en 2024 frente a cuatro en 2023, con un fuerte impacto en usuarios vulnerables como peatones, ciclistas y motoristas. Además, el 41% de los conductores fallecidos dieron positivo en alcohol, drogas o psicofármacos, lo que añade un factor de riesgo adicional.
'No basta con endurecer la normativa, necesitamos formación específica'
Otro dato preocupante es la antigüedad del parque: cerca del 40% de las furgonetas supera los 20 años y la media circulante se sitúa en 12 años, lo que incrementa la vulnerabilidad técnica. En los siniestros mortales, la edad media de los vehículos implicados se eleva hasta los 16,7 años, y hasta un 20% circulaba con la ITV caducada. Así, para hacer frente a esta situación, la DGT y la Guardia Civil han creado un grupo de trabajo que dio lugar a una instrucción publicada en agosto. Por lo tanto, el documento se centra en cuatro ejes: movilidad, siniestralidad, comunicación y prevención operativa.

El general jefe de la Agrupación de Tráfico, Tomás García Gazapo, presentó el Plan Operativo de Vigilancia y Control de Furgonetas, que actuará sobre los principales factores de riesgo: exceso de velocidad, consumo de alcohol o drogas, estiba inadecuada, distracciones al volante y deficiencias técnicas.
“Las furgonetas han permanecido al margen de medidas que sí tienen turismos y camiones, como permisos específicos o planes de control propios”, reconoció el director de la DGT, Pere Navarro, al abrir la jornada.
Empresas piden formación y renovación de flota
En el bloque final, los representantes del sector coincidieron en la necesidad de modernizar las flotas y reforzar la formación. El director gerente de UNO, Rafael Aguilera, recordó que “renovar la flota no es solo una cuestión medioambiental, es, sobre todo, una cuestión de seguridad para todos”.
Por su parte, José Carlos Espeso, de AECOC, advirtió de que la saturación en ciudades, la falta de espacios logísticos y las restricciones horarias generan un entorno más riesgoso: “No basta con endurecer la normativa; necesitamos formación específica, más concienciación y una planificación logística adaptada a las nuevas realidades”.
La conclusión fue unánime: la furgoneta se ha convertido en un pilar esencial de la movilidad y la distribución, pero su seguridad requiere un abordaje integral que combine renovación de flotas, control policial, formación a conductores y cooperación con las empresas.