Dicha medida supondrá una reducción de precios del 10 por ciento en las horas diurnas y del 25 por ciento en las nocturnas, si bien Monteiro no dio más detalles sobre los descuentos ni aclaró si se aplicarán a vehículos extranjeros.
La medida se discute ahora con las asociaciones del sector para que la normativa esté en vigor al inicio del año.
Los descuentos tienen por objetivo, explicó el secretario de Estado luso de Transportes, reducir el impacto de los peajes en el tráfico pesado de mercancías y adecuarlo a sus horarios.
Antecedentes
El pasado 8 de diciembre el Gobierno conservador portugués —como parte de una política de reducción del gasto público— puso en régimen de peaje las cuatro últimas autopistas gratuitas que quedaban en el país, la A-22 (que cruza el Algarve y conecta con Andalucía), la A-23 (que atraviesa la región del Alentejo), la A-24 (colindante con Galicia) y la A-25 (fronteriza con Salamanca). El proceso comenzó el pasado año, cuando gobernaba el partido socialista luso, con varias autovías de la zona norte del país, cercanas a Galicia.
Desde entonces, la medida ha estado rodeada de una fuerte polémica y ha generado protestas de entidades cívicas, municipios y organizaciones de transportistas, tanto de Portugal como de las comunidades fronterizas de España.
Además, el sistema de los nuevos peajes es engorroso, sobre todo para los extranjeros, porque no se pueden pagar en efectivo o con tarjeta de crédito, y los usuarios deben comprar bonos prepago o disponer de unos dispositivos electrónicos en régimen de compra o alquiler.
La semana pasada las autoridades lusas tuvieron que reforzar las medidas de seguridad habituales en la A-22 después de los sabotajes registrados tras la entrada en vigor de los peajes. Desde el 8 de diciembre las instalaciones de cobro han sido víctimas de diversos actos vandálicos, incluidos disparos, resultando herido un empleado de la empresa concesionaria.
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