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El plan de inspección 2020, una decepción
El plan de inspección 2020, una decepción

El plan de inspección 2020, una decepción

martes 11 de mayo de 2021, 07:00h
Las empresas que ejercen competencia desleal reiterada deben sufrir las consecuencias legales

En los primeros meses de 2020 cuando se aprobó el Plan de Inspección de Transporte por Carretera 2020, el Ministerio de Transportes anunciaba una actuación inspectora inflexible sobre aquellas empresas que, de manera reiterada y fraudulenta distorsionan la libre competencia.

Sobre el papel, se trataba de dotar al transporte de mercancías por carretera, sector estratégico para la economía del país, y tal como se ha demostrado esencial. de la sostenibilidad suficiente desde el punto de vista empresarial para acometer las acciones necesarias que le permitan modernizarse, adaptándose a los vertiginosos cambios tecnológicos y sociales que estamos viviendo. Una pandemia después de aquello, tenemos que decir que las expectativas no se han cumplido. El pasado 26 de abril tuvimos conocimiento de los resultados que ha arrojado la aplicación de este plan y podemos observar que los datos en prácticamente todos los capítulos son inferiores a los de 2019, con una reducción del 22 % en las infracciones detectadas y un 20 % menos de expedientes incoados.

Sí, todos sabemos que 2020 ha sido el año del coronavirus, pero esto no nos parece argumento suficiente para justificar que no se haya producido el prometido aumento de medios humanos, con planes específicos de formación sobre la diversa casuística de transporte, de manera que puedan detectar las actuaciones anticompetitivas basadas en complejas estructuras empresariales, creadas para eludir las normas establecidas. Más inspectores con formación ‘ad hoc’ y más agentes también formados y con los medios tecnológicos adecuados para interceptar a los irregulares, esto es lo que el sector lleva años demandando y que un año más seguimos esperando.

El Plan de Inspección de 2020 anunciaba un especial control centrado en las empresas deslocalizadas hacia países con menores costes de explotación, y también sobre aquellas cooperativas de trabajo asociado en las que, de manera fraudulenta, sus socios no tienen una verdadera relación societaria, pues bien, en 2020 se han inspeccionado 14 empresas buzón, una menos que en 2019, aunque se han detectado 781 infracciones, 2010 % más que en 2019. Este dato contradictorio se explica debido a los controles que se han realizado ‘in situ’ en empresas, aeropuertos y centros de transporte, pero no han abarcado un mayor número de empresas. En relación al control de cooperativas, se han detectado un 67 % menos de infracciones, lo cual resulta llamativo.

Uno de los objetivos prioritarios que marcaba el plan era el control del transporte realizado por empresas extranjeras, en operaciones tanto de carácter internacional como de cabotaje. Estas cuestiones son muy importantes ya que el número de vehículos extranjeros que transitan por las carreteras guipuzcoanas es muy grande, prácticamente el 60 % de ellos, más de dos millones al año, son extranjeros por lo que para nuestro sector resulta fundamental que se persiga a aquellos que esquivando las normas establecidas ejercen una competencia desleal lejos de sus fronteras. Los arcos recogen todos los datos necesarios para realizar un control exhaustivo. En este contexto resulta llamativo que de los 17.181 vehículos inspeccionados en los controles de larga duración, tan solo un 10% sean extranjeros.

Desde Fitrans han puesto en conocimiento del nuevo Director General de Transporte Terrestre, Jaime Moreno, la queja y el rechazo a los resultados de la ejecución de este plan de inspección manifestando la urgencia que tiene acabar con el fraude provocados por el dumping social y la deslocalización.

El Director de Transporte se ha comprometido a mejorar estos datos, lo cual ha de ocurrir antes de que el sector tenga que cerrar por ruina.

En el marco europeo resulta esencial conseguir un equilibrio basado en que las empresas operen allí donde estén instaladas y generen riqueza. No hablamos solo de rentabilidad económica, sino también de responsabilidad social, ya que las empresas son las que permiten a las personas desarrollar sus proyectos vitales.

Los desequilibrios generados por la competencia desleal no hacen sino empobrecer las empresas y con ello el tejido social, cuestión fundamental en un mercado único europeo.



Empresas buzón lituanas: más que competencia desleal y dumping, esclavización en el sXXI



El pasado 4 de mayo, la eurodiputada Izaskun Bilbao presentó una iniciativa parlamentaria instando a la Comisión Europea a inverstigar y tomar medidas contra el dumping que las principales empresas lituanas de transporte están llevando a cabo.

Tal como denuncia la Sra. Bilbao estas prácticas anticompetitivas convierten en verdaderos esclavos a los 77.000 conductores empleados por estas empresas. Es hora de acabar con todo esto y solo se puede conseguir a través de una inspección eficaz.

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